El artista búlgaro posa con algunos de los 18 retratos que forman parte de la exposición ‘Iconos de Ibiza’. | Toni Escobar

Empezó haciendo caricaturas en la costa de Bulgaria con sólo 16 años. A día de hoy, 20 años después, Vivo Gal Grabby es un artista que ha recorrido medio mundo. Con obras expuestas en museos de Praga, Bratislava, Munich, Viena, Nueva York, Bulgaria y Turquía, el artista, de origen búlgaro y residente en Eivissa desde hace nueve años, presenta en el Hippy Market de Punta Arabí la exposición Iconos de Ibiza.

El artista polifacético presenta un total de 18 retratos (óleo sobre lienzo) llenos de color y energía de personas habituales del mercadillo, donde Vivo también tiene un puesto y realiza trabajos de body art. «Son personas con las que comparto el verano, que han hecho algo por Ibiza con su presencia. Son personas que me impresionan, caras típicas que la gente conoce», reconoció el artista.

La exposición, que se podrá visitar todos los miércoles del verano hasta el 28 de octubre, llega después de un parón en la pintura de un periodo de dos años y medio. «Mi mujer me motivó a pintar otra vez» aseguró el creador, que en ese tiempo estuvo trabajando en otros proyectos.

«La vida es abundancia»

Es un hombre que asegura sentir «gratitud» y considera que la vida es «abundancia». Siguiendo esta filosofía, con grandes valores espirituales y respeto hacia la naturaleza, Vivo Gal Grabby es un referente en el Ekoart, o lo que es lo mismo, arte ecológico, que realiza utilizando todo tipo material reciclado, que en ocasiones se ha conseguido después de trabajar recogiendo «basura de bosques».

Entre otras cosas, es el fundador de la asociación Juntos en Ibiza, una plataforma que trabaja por «una nueva conciencia humana y crear un futuro positivo y sostenible», y que está destinada a «ayudar a personas que no tienen medios para desarrollar su arte».

De las interesantes anécdotas de la vida del artista, destaca un hecho que es meritorio de récord Guinnes. En el año 2001, en un lanzamiento de un cohete desde Moscú (Rusia), se lanzó al universo, una de sus obras pictóricas.