El karate ibicenco sigue cosechando frutos. Irene Colomar y Cristina Ferrer se colgaron ayer la medalla de bronce en el Campeonato de Europa sénior, celebrado en Estambul (Turquía). Las pitiusas no fallaron en el combate de la verdad, el único que tenían que afrontar ayer y que separaba el cielo del infierno con un fino hilo.

Las dos luchadoras del Samyd consiguieron el pase a la pelea por el tercer puesto en la repesca el pasado jueves, tras ir superando distintos obstáculos. Hasta ayer no tenían que disputar el combate por la medalla. Entre medias, el viernes, se celebró la competición por equipos, donde las españolas, tras superar un par de rondas, hincaron la rodilla ante Montenegro y no pudieron acceder a la repesca.

Pese a ello, Colomar y Ferrer supieron deshacerse del mal sabor de boca de no haber podido luchar por los metales por conjuntos y sacar adelante el duro compromiso de ayer. La primera, en el peso de -61 kilogramos, venció por 3-1 a la eslovena Tjasa Ristic. Poco después, Ferrer, que regenta el Gym Spirit en Alaior, se impuso (2-0) en -55 kilos a la croata Jelena Kovacevic, medallista habitual de Europa y del mundo y que no tuvo opciones en ningún momento. El doblete estaba servido.

Irene afirmó sentirse «muy feliz» tras la victoria de ayer. «He tenido muy buenas sensaciones durante toda la mañana y el combate me fue muy bien. Han sido los dos minutos más cortos dentro de un tatami. Ahora, a disfrutarlo», indicó. La del Samyd se despide así en la elite del panorama continental después de haber anunciado esta misma semana que pondrá fin a su trayectoria deportiva al término de la presente temporada con el objetivo de afrontar otros proyectos.

Cristina fue el vivo ejemplo de la felicidad durante la ceremonia de premios. Con una sonrisa radiante, la del Samyd recogió la medalla de bronce en su primera participación individual en esta competición. Sobre el combate, dijo: «Me he encontrado superbien, con la cabeza fría tras haber pasado unos nervios terribles el día anterior. Sin embargo, antes de salir al tatami estaba muy serena y tenía las cosas claras. El combate lo he controlado muy bien. Me salían las técnicas sin pensar. Estuve fresca y rápida».