Un resumen de la acción solidaria, del Ayuntamiento y Voluntarios de Ibiza, para que los mayores de las residencias de la isla disfruten de la Eivissa Medieval. | Maga López Arriazu

Hoy le tocó a los mayores de la isla disfrutar del Eivissa Medieval en la capital de Ibiza. Gracias al trabajo del Ayuntamiento de Ibiza y el equipo de 60 de Voluntaris d’Eivissa, los usuarios de las residencias fueron trasladados hasta Plaza del Parque para disfrutar de un espectáculo preparado para ellos.

Se repartieron bolsas con bocadillos, agua y fruta, que prepararon desde Apfem Aktúa. Debajo de una carpa se relacionaron entre ellos y el grupo Kabayla les trasladó a la Edad Media con una puesta en escena propia de la época. El baile, el canto y los atuendos del grupo de baile sacaron a relucir las sonrisas más antiguas de Ibiza, las palmas e incluso algunos se animaron a bailar y cantar.

Para evitar aglomeraciones, este año como novedad se dividieron en tres turnos. Los 60 voluntarios, después de los conciertos, llevaron a pasear por el casco antiguo. Cómo indicó Sara Barbado, responsable de Mayores del Ayuntamiento, el objetivo es que salgan de su ámbito corriente para «traerles aquí que socialicen, que se lo pasen bien y que vean cómo ha quedado la ciudad».

Voluntarios

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Joan Sillero, el presidente de la asociación de Voluntarios de Ibiza contó que tienen la «misión de ir a la llegada de los autobuses, traerlos a la plaza y darles un paseo por turnos en el resto de la ciudad».

«Ellos están todo el año dentro de la residencia y la mayoría no tienen familia, están allí solos. Por eso para ellos esto es cargarse de oxígeno, de salir, andar reírse, porque es algo que no es habitual para ellos y aquí andan, miran y recuerdan sus tiempos más jóvenes», explicó Sillero.

A los voluntarios les mueve este tipo de acciones solidarias «porque sabemos que de una forma u otra esto nos llegará a nosotros también, y tener un día que podamos salir, que nos de el sol y celebrar será maravilloso».

Diana Delgado es psicóloga y voluntaria desde hace un año, para ella es una experiencia «súper enriquecedora». Desde el plano personal porque «son personas muy agradecidas, que te entregan mucho amor, yo soy de Colombia y no tengo a mi familia cerca, entonces es básicamente como sentirme con mi abuelita en especial, y es gratificante personalmente». Desde el plano profesional, como psicóloga asegura que «tú estás sirviendo a la sociedad y estás entregando cariño a personas que finalmente esperan mucho amor por parte de nosotros».

También aprovecharon este momento tan especial y de espectáculo los pequeños de dos y tres años del centro infantil Corrillos.