Bloque de pisos en el barrio de la Marina de la ciudad de Ibiza. | Irene Arango

61 años ahorrando y pagando hipoteca es lo que hace falta para poder adquirir una propiedad de 100 metros cuadrados en la ciudad de Ibiza. El cálculo lo ha realizado la empresa Ener2Crowd, plataforma de servicios de financiación participativa que ha alertado sobre la situación del mercado inmobiliario en toda España en relación sobre todo a los jóvenes. Vila es, según este estudio, el lugar en el que más difícil resulta adquirir una vivienda, mientras que en el otro extremo se sitúa Ciudad Real, donde la compra de un piso de 100 metros cuadrados compromete los ahorros por un tiempo medio de 15,2 años.

Según este estudio, la comunidad autónoma en la que más fácil resulta adquirir una vivienda de estas características es Castilla-La Mancha, con una media de 11 años de endeudamiento. Es Baleares la que se alza como comunidad en la que es necesario ahorrar más, 53 años, para poder acceder a una vivienda. En el caso de Madrid el tiempo es de 35 años mientras que en Cataluña son 26. Por debajo de los 20 años de ahorros necesarios para adquirir una vivienda se sitúan Extremadura (15), Asturias (15), La Rioja (16), Aragón (17), Castilla y León (17), Murcia (18) y Navarra (18). En Cantabria son 20 los años de ahorro necesarios mientras que en Valencia y Melilla hacen falta 26, mientras que en el País Vasco son 28. En Ceuta los años suben hasta los 30, en Andalucía 31 y en Canarias 36.
El panorama es desolador. Basta revisar cualquier portal inmobiliario para comprobar que en Ibiza los precios de venta de las propiedades, como el alquiler, están absolutamente disparados. Así, el piso de 100 metros cuadrados más barato publicado en Idealista en estos momentos tiene un precio de 355.000 euros. Ubicado en la calle Arxiduc Lluís Salvador, tiene tres habitaciones y necesita reforma. Acceder al mismo obliga al comprador a tener un 30% del precio ahorrado, 106.500 euros. La hipoteca a 30 años se quedaría en unos 1.086 euros, según indica el mismo portal. El coste total con hipoteca sería de casi 500.000 euros.

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En el mismo portal, el piso de 100 metros cuadrados más caro se encuentra en Marina Botafoc. Su precio es de 1,2 millones de euros. Se trata de una propiedad de 100 metros cuadrados y dos habitaciones ubicada en el edificio Las Boas. El ahorro aportado por el comprador debería ser de unos 360.000 euros, que le permitirían acceder a una cuota mensual de 3.657 euros durante tres décadas. El coste total con hipoteca se dispararía hasta los 1,6 millones de euros.
En este portal solo hay en estos momentos 19 pisos de 100 metros cuadrados a la venta en Vila. La mayoría tienen un precio que oscila entre los 500.000 y los 750.000 euros y se encuentran en los barrios ubicados en la zona de Marina Botafoc.

Al delegado en Ibiza y Formentera del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (APIs) de Baleares, Zenón Helguera, no le sorprenden estos datos. «El panorama no es halagüeño», señala, «pero es algo que se está produciendo en muchos otros sitios, no es un fenómeno que solo se dé en Ibiza». A juicio de Helguera, la pregunta clave en esta situación es cuánto del sueldo del comprador se debe ir a ahorrar y a pagar la hipoteca de su vivienda. «La ratio de esfuerzo está en un 35% y esto significa que para pagar una cuota mensual de 1.000 euros has de ganar 3.500 euros», explica este experto en el mercado inmobiliario, «pero hay realidades como el modelo de familia que han cambiado y eso no se recoge. La sociedad en sí está cambiando en todo, en la vivienda, en la familia, etc. Estamos en una situación social muy extraña y lo que teníamos antes ya no se adecúa a las nuevas tendencias». A los cambios en las familias se suman otros que también influyen en el mercado de la vivienda, como la aparición del home office, que ha provocado que muchos extranjeros lleguen a Ibiza a trabajar desde sus hogares. No son nómadas digitales que necesiten una casa en alquiler, son personas que quieren vivir en Ibiza en una vivienda de su propiedad desde la que trabajan para sus empresas en el exterior. «En Ibiza hay una alta calidad de vida y eso provoca que haya más demanda y, por lo tanto, que suban los precios», señala Helguera, «es verdad que este tipo de propietario no es muy habitual pero empieza a serlo cada vez más. Nosotros tenemos una isla con un territorio finito que se quiere preservar y en la que no se puede construir más pero, a la vez, hay una elevada demanda de vivienda. Todo son factores que multiplican el problema».

Ante esta situación, las soluciones no son fáciles. Helguera tiene claro que salir del atolladero dependerá de decisiones como la construcción de más vivienda protegida para el alquiler. Pero apunta otras medidas que, en su opinión, ayudarían a solucionar el problema. Considera que, por ejemplo, sería positivo que las administraciones habilitaran espacios tanto para caravanas como para mobile homes y casas prefabricadas. «Es algo que tendría que regularse aunque solo fuera dar cabida a trabajadores de temporada», señala. No cree que sea relevante ayudar en particular a los funcionarios porque, recuerda, «el camarero también paga un exceso de costes por vivir en una isla».
Como otros en Ibiza, Zenón Helguera, finalmente, cree que en algún momento será necesario abrir el debate sobre cuál es el límite de población que pueda asumir la isla. «No podemos olvidar de dónde venimos, lo que había antes del turismo», concluye, «pero tampoco se puede morir de éxito».