Concejal de Urbanismo, Actividades, Patrimonio y Vivienda, Juan Flores (Albox, 1969) tiene bajo su control algunas de las áreas de más peso en el Gobierno del Ayuntamiento de Ibiza. Es también responsable del Consistorio para los barrios de Dalt Vila, Sa Penya y La Marina, vecindarios que conforman el casco histórico de la ciudad y que conoce como la palma de su mano. Entre sus objetivos, destaca precisamente el de que esta zona recupere el esplendor, entendiendo este como la cotidianeidad que nada tiene que ver con la gentrificación. Muchos han tenido la misma meta pero la diferencia hoy es que el Ayuntamiento cuenta con nuevas herramientas para lograrlo y, sobre todo, un equipo volcado en ello.

—Como en toda la isla, el problema de la vivienda es el más grave en Vila. ¿Qué medidas ha adoptado el Ayuntamiento del decreto de emergencia habitacional del Govern y por qué esas?
—Las medidas que vamos a aplicar de este decreto son el cambio de uso de local a vivienda y pasar a uso residencial parcelas municipales que ahora son para equipamientos sin tener que hacer una modificación puntual. ¿Por qué estas? Porque son las que pueden servir para la falta de vivienda que tenemos en Ibiza. Son las que, dentro de la ciudad, pueden ayudar a paliar un poco el problema. La verdad es que ya hay muchos locales que se utilizan como vivienda y esto permitirá legalizarlos.

—¿Han recibido ya peticiones de reconversión?
—Es que los cambios de uso de local a vivienda se pueden hacer desde siempre. La diferencia ahora es que con el decreto se puede aumentar la densidad y donde antes cabía uno ahora a lo mejor caben tres. Pero esto es algo que permite el Plan General. De hecho, no tenemos ninguna petición de licencia para este cambio en base al decreto. Nos están pidiendo mucha información, eso sí, pero nada más.

—Los vecinos y comerciantes de La Marina se han empeñado en que haya un supermercado en sa Peixateria. ¿Por qué el Ayuntamiento no accede?
—Porque nuestra apuesta es hacer una sala polivalente. Como Ayuntamiento, nosotros estamos contentos de que los vecinos nos hagan llegar sus peticiones y las valoramos. Pero nuestra apuesta es esa, una sala polivalente. Además, un ayuntamiento no puede decidir que allí haya un supermercado. Si lo hiciéramos, dentro de nada los vecinos de can Misses nos pedirán otro supermercado porque ellos tampoco tienen. No lo podemos hacer. Nuestra apuesta, insisto, es hacer una sala polivalente. Como ayuntamiento, hemos contactado con las principales cadenas de supermercados y ellos tienen formatos mínimos de 400 metros cuadrados. En su día, Mercasa hizo un estudio de viabilidad económica de instalar un supermercado en el barrio y salió negativo.

—Usted conoce bien este barrio.
—Sí, claro. Llevo allí 32 años. Cuando llegué, allí había tres o cuatro carnicerías, pescaderías… pero, al final, todo cambió. De todos modos, esto es algo que corresponde a la iniciativa privada.

—La Marina ha sucumbido a la gentrificación. ¿Puede hacer algo el Ayuntamiento para darle la vuelta a la situación?
—Lo único que podemos hacer es trabajar para dinamizar la zona. Lo estamos haciendo desde que entró este equipo de Gobierno. Hemos hecho muchas intervenciones, actividades como las del 150 aniversario del Mercat Vell… es lo que podemos hacer dentro de nuestras competencias.

—¿En qué situación están las reformas de sa Peixateria y del Mercat Vell?
—Las dos están paradas. Ahora mismo estamos trabajando con los anteproyectos. No diremos nada hasta que no tengamos todo claro.

—¿El alcalde, Rafa Triguero, ha anunciado esta semana que sa Pedrera se convertirá en un espacio ligado a nuestra identidad, nuestra cultura y nuestro patrimonio. ¿En qué se traduce eso?
—También estamos trabajando en ello, así que no puedo darle información.

—¿Será un museo?
—No, no será un museo. Pero sí que será un espacio con uso relacionado con nuestro patrimonio y que se podrá visitar. Cuando cerremos todos los flecos y se haga el proyecto, servirá también para dinamizar el barrio.

—¿De qué plazos hablamos en los proyectos de sa Peixateria, Mercat Vell y sa Pedrera?
—No puedo aventurarme a darle fechas porque aún estamos trabajando en los proyectos. En cuestión de semanas sí que vamos a tener ya claro lo que se va a hacer. Pero, en cuanto a licitaciones y obras, habrá que esperar un poco.

—El Ayuntamiento está volcado en la búsqueda de viviendas para funcionarios. ¿Por qué en sa Penya?
—Básicamente porque es de donde disponemos de viviendas que se puedan ligar a eso. En el resto de la ciudad tenemos otras viviendas que están asignadas a Servicios Sociales.

—¿El Ayuntamiento tiene tantas viviendas como piensa la gente?
—Es que el Ayuntamiento tiene las viviendas que tiene. 12 en la UA 27, en sa Penya. Y ahí se incluye el cambio de uso de dos locales para convertirlos en viviendas. Serán viviendas para funcionarios.

—¿Qué proyectos están en marcha en la UA 27?
—Este viernes ha pasado por ponencia el cambio de uso de estos locales. Además, en la UA 23, hay una ruina que está calificada como equipamiento y que, en base al decreto de vivienda del Govern, pasará a ser de uso residencial y allí se podrán construir otras cinco viviendas que también se destinarán a funcionarios.

—La calle de sa Carrossa es una de las más transitadas de Dalt Vila. ¿Qué reforma van a hacer?
—Por un lado, hay una actuación para modernización de infraestructuras de agua y electricidad, entre plaza de España y el principio de la Cuesta de los Desamparados. Se cambiarán también los contenedores de basura. Luego hay otro proyecto que es de reforma de la plaza de sa Carrosa. Hemos empezado ya a trabajar en él.

—Vila tiene ya su nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). ¿Cómo es que el PP ha aceptado sin rechistar la planificación que han hecho los gobiernos del PSOE?
—Cuando nosotros llegamos al Ayuntamiento tuvimos que tomar una decisión que fue muy meditada. ¿Qué hacemos con el Plan General? ¿Tirarlo atrás y esperar otros ocho años? Yo creo que hay que dotar de seguridad jurídica y urbanística a la ciudad de Ibiza. Es verdad que no es el plan que más nos hubiera gustado. Pero hay posibilidad de hacer modificaciones.

—¿Se adapta este PGOU a la realidad actual?
—No, no se adapta, esa es nuestra impresión. Por eso estamos trabajando para adaptarlo en la medida en que se pueda a las necesidades de la ciudad. Además, se han presentado 16 contenciosos contra el Plan General.

—Imagino que alguno será de la UA 12, ses Feixes d’es Pratet.
—Nosotros nos hemos reunido con los propietarios de la UA 12 y de la UA 13. Pero hay que tener en cuenta que hay muchos factores, como el económico. Lo suyo sería tener aquello limpio, con los caminos transitables. Pero es un tema complicado. Allí hay muchos propietarios. En la UA 13 son más de 100.

—Vila ha pedido al Ministerio de Defensa la cesión de un solar de su propiedad ubicado en Puig d’es Molins. ¿Cuál es la predisposición del Estado ante esta petición?
—De momento, no han contestado. Es un solar que está afectado por el Plan Especial de esta zona. Ahora es un espacio libre que hoy se usa como aparcamiento.

—¿En qué situación está este plan especial?
—No está en ninguna situación. Ahora estamos buscando un redactor para empezar a trabajar. Es lo mismo que estamos haciendo con el PEPRI, que también hay que actualizarlo.

—¿Arranca o no la construcción de las viviendas protegidas de ca n’Escandell?
—Es un tema del SEPES y del Govern. Este miércoles nos hemos reunido con el SEPES y el proyecto de urbanización lo tiene que aprobar el Govern en las próximas semanas, antes de abril. Una vez que esté aprobado, el SEPES podrá licitar las obras para licitar este proyecto de urbanización. Paralelamente, el SEPES tendrá que firmar un convenio con el Ibavi para cederle las parcelas de residencial. Será el Ibavi el que licite estas obras.

—Ahí no se va a mover una piedra hasta…
—Yo entiendo que a principios de 2025 se empezará a ver movimiento. El ministerio está dispuesto a tener licitada la urbanización después del verano.

—¿Ha desaparecido o no la oficina municipal de vivienda? Ustedes dicen que no y la oposición dice que sí.
—La oficina física sí porque no tenía ningún sentido. Pero la Concejalía de Vivienda sigue trabajando igual. Yo sé que es muy mediático decir que la hemos cerrado. La realidad es que esto lo abrió Aitor Morrás y fue un proyecto de carácter electoralista. Era una oficina en la que trababan tres personas y en unos meses tuvieron como mucho 10 visitas. Estaban trabajando de celadores para el Ibavi, que está a 10 metros. O para enviar a la gente a los Servicios Sociales. Consultas han entrado pocas, la verdad.

—En la pasada legislatura, Morrás y Rafa Ruiz se gastaron 400.000 euros en una encuesta sobre vivienda. ¿Le está sacando usted alguna utilidad a este estudio?
—Hasta ahora no pero sí que he decir que próximamente sí que nos será útil. Ahora se está intentando que los ayuntamientos, a través de la Ley de Actividades, podamos entrar a controlar el tema de la vivienda turística. Para esto sí que nos será útil la encuesta. Pero no puedo darle fechas porque el tema está todavía en el horno.

—¿Le parece una buena idea controlar a través de la Ley de Actividades el alquiler turístico?
—Sí. El problema que tenemos con la vivienda en la ciudad tiene mucho que ver con este alquiler ilegal. Y es ahí donde el Ayuntamiento puede actuar. Ahora mismo paseas por la ciudad y ves muchas viviendas cerradas que están esperando que llegue la temporada para estar abiertas. La ley de actividades nos permitirá poner más viviendas en el mercado y yo creo que a un precio más asequible.

—Como concejal de los barrios históricos de la ciudad, ¿cree que es factible que vuelva a haber vida en ellos más allá de la temporada turística?
—Lo es. Pero primero hay que dar pasos como la dinamización. Ahora toca el tema del alquiler turístico ilegal. En estos barrios es donde más vivienda turística ilegal hay. No es un tema que vamos a solucionar de hoy para mañana. Por otro lado, estamos haciendo numerosas reformas. Se están haciendo muchas cosas. Poco a poco.