Imagen de archivo de los juzgados de Ibiza. | Archivo

Las asociaciones feministas de Ibiza observan con prudencia la aplicación de la ley de ‘solo sí es sí’, que ha facilitado la excarcelación de un condenado por violación en la isla, tal y como avanzó en exclusiva Periódico de Ibiza y Formentera este pasado lunes. Tanto la Associació de Dones Progressistes como Emprendada Feminista admitieron ayer no haber analizado en profundidad la situación en el seno de estas entidades. Sin embargo, los dos grupos feministas tienen claro que la ley es necesaria pero, a la vez, que debe ser mejorada.

Para la presidenta de Dones Progressistes, Mariví Mengual, lo sucedido hasta ahora crea «cierta alarma social». Sin embargo, en su opinión, la aplicación de la controvertida ley, que ya ha facilitado la salida de prisión a más de 500 agresores sexuales, es «un tema muy complejo». «No podemos valorar positivamente las rebajas de estas penas», admitió ayer en declaraciones a este rotativo, «porque, aunque sean adecuadas, el problema sigue estando ahí y hay que seguir dando pasos para lograr que el patriarcado vaya desapareciendo». En opinión de la presidenta de Dones Progressistes, si la ley promovida por el ministerio de Igualdad «presenta resquicios que facilitan estas rebajas de las penas, se crea alarma social y es obvio que se debe arreglar, pero buscando un consenso en este ámbito».
Mengual cuestionó que la prisión cumpla su «función rehabilitadora» en estos casos e insistió en la necesidad de que «las mujeres, las personas en general, tienen que sentirse seguras y tranquilas».

Algo que, añadió, «tiene que obligar a la sociedad a ver estas conductas como intolerables porque atentan contra los derechos humanos». «Hay que corregir lo que haga falta para evitar estas situaciones tan dolorosas», aseguró Mengual en referencia a la puesta en libertad de numerosos agresores sexuales que han visto rebajadas sus penas con la ley de solo sí es sí. Y concluyó subrayando que «es lamentable ver que las mujeres siguen padeciendo estas situaciones ante las que se debe recordar que ellas, como el resto de las personas, tienen derecho a sentirse seguras y a estar tranquilas».

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La aplicación

Las integrantes del colectivo Emprendada Feminista tampoco han analizado en profundidad la nueva legislación y sus consecuencias. Sin embargo, para una de sus integrantes, Miriam Alarcón, «es evidente que la ley tiene lagunas, aunque eso no significa que sea una ley con mala intención». «Con esta ley», afirmó, «es evidente que se ha mejorado en algunas cosas. Pero, si tiene fallos, los que la han hecho deben ser humildes y cambiar lo que haya que cambiar».

En opinión de Alarcón, el problema no es solo la ley sino el cómo la están aplicando algunos jueces en España. Y es que no se puede obviar que no todos lo están haciendo de la misma manera. «Hay jueces que se han negado a revisar las sentencias y otros que sí lo han hecho», recordó esta integrante de Emprendada Feminista, «y tal vez el problema sea que falta educación feminista en la judicatura».

Para Alarcón, está claro que la nueva ley «es un paso adelante» para las mujeres. Pero, a la vez, señaló que, tal y como se ha puesto de manifiesto, «hay violadores a los que esta ley les ha venido bien». Por ello insistió en la idea de que «hay que revisarla y corregir los errores». «Si no», concluyó, «habrá que revisar a los jueces y ver por qué está pasando esto. Quizás necesiten más formación feminista».