Varias paradas en el exterior del edificio Cetis. | Arguiñe Escandón

Pasaban cuatro días desde que se anunció el confinamiento por la pandemia de covid 19, cuando el Consell anunció las limitaciones en el servicio de transporte. Las frecuencias se reducían un 60%. Algunas líneas se eliminaron y pasaron a ofrecer servicio a demanda. El transporte daba servicio, pero el temor al contagio limitó aquel año y el siguiente la afluencia de usuarios.

Dos años y medio después, desde el Consell esperan que la gratuidad del servicio entre septiembre y final de año relance el uso del transporte público entre los ciudadanos e incluso anime a muchos a utilizarlo por primera vez y, quizás, fidelizarlos para mejorar la sostenibilidad del transporte en la isla reduciendo el número de vehículos privados circulando.

Un servicio con más de 25 años (la contrata se hizo en 1996 por parte del Govern balear) que el actual equipo de gobierno asegura que ha mejorado esta legislatura, pero ¿en qué?

Mejoras y qué falta

El conseller de Transporte, Javier Torres, siempre defiende frente a las críticas de la oposición que la pervivencia de una contrata que data de 1996 y debió renovarse en 2012 (prorrogada hasta 2018) limita las posibilidades de mejora. Sólo se puede maquillar, a la espera de la nueva contrata, desbloqueada esta legislatura y que se prevé que se licite el año que viene.

A pesar de ello, desde el departamento de Tansportes del Consell indican que el servicio ha mejorado estos cuatro años.

Los primeros cambios esta legislatura se efectuaron en 2019 en la L10 que conecta Vila con el aeropuerto, según explican desde    el departamento. Se modificó el itinerario de la L10 para detenerse frente a la residencia de Can Raspalls, Sant Jordi y cerca del IES Algarb. Además, las frecuencias pasaron de 40 a 30 minutos. También se creó la L10 Exprés de conexión directa entre el aeropuerto, el puerto de Ibiza y el centro de la ciudad.

En marzo de 2020 los horarios de la Línea 10, la que une Ibiza con Sant Jordi y el aeropuerto, se modificaron para adaptarse a las necesidades de los alumnos de la Escola d’Art d’Eivissa. Se hizo una actuación igual con las líneas 12A y 12B para que pudieran dar servicio en los horarios de salida de los institutos de Sa Blanca Dona y de Isidor Macabich. Todas ellas se han recuperado una vez concluidas las restricciones por la pandemia.

También en relación al servicio, aunque no afecte directamente a la movilidad, recuerdan que en Junio de 2021 se firmó un convenio por valor de 80.610 euros con APEBÚS (Asociación Pitiusa de Empresarios de Transporte Regular de Viajeros en Autobús) para dar solución a la grave situación de la estación de autobuses de Sant Antoni durante la crisis sanitaria por la COVID-19 a causa de la reducción drástica de ingresos. En junio de 2021 el Consell recepcionó la estación y ejecutó las obras necesarias para su funcionamiento y para las personas usuarias del transporte público por valor de más de 139.000 euros.

A lo largo de la legislatura indican que se ha renovado la flota de vehículos de las líneas L3 y L13, y hay previsión en los próximos meses de ampliar la renovación de flotas por parte de diferentes empresas. Se espera que con la próxima publicación de los pliegos, gracias al desbloqueo e impulso de su tramitación, las empresas acometan renovaciones más importantes debido a que ya conoceran todas las condiciones de la próxima licitación.

Por otro lado, se han llevado a cabo diversas campañas de comunicación para fomentar el transporte público, muy afectado por la pandemia. En concreto este verano, con el regreso a la normalidad del servicio, se ha apostado por recuperar usuarios dando a conocer las líneas de bus que conectan el aeropuerto y las principales playas de la isla. Ambos vídeos están colgados en YouTube y se han difundido en las redes sociales del Consell Insular d’Eivissa.

A lo largo de los dos últimos años recuerdan que el Consell invirtió 10,59 millones de euros para contribuir a la recuperación del transporte público. La recuperación de la oferta ha ido siempre por delante de la recuperación de la demanda. Si bien la institución adelantó estos fondos para mantener el servicio, el Govern balear aportó 5,7 millones para compensar el esfuerzo económico del Consell.

A estas actuaciones habría que sumar las que se han hecho directamente con las empresas concesionarias del servicio: la formación para conductores para prevenir agresiones en el transporte público y el adelanto de pagos de los contratos programa para dar liquidez a las empresas, que antes se hacía a año vencido.

Desde el Consell explican que «todavía no se ha activado la L36 (Aeropuerto-Platja d’en Bossa)». De ahí que el conseller de Transportes, Javier Torres, hable siempre de un servicio «casi» al 100%.

Noticias relacionadas

¿Qué opinan los usuarios del servicio?

Residentes

Ana Lyn está sentada en la sala de espera de la estación Cetis a que salga su autobús. Junto a ella reposan las bolsas de la compra. Coge el autobús desde Sant Miquel unas tres veces por semana y dice que para ella hay suficientes servicios.

«A veces se retrasa un poco para salir de Sant Miquel, pero desde aquí siempre es puntual», indica. Resalta la simpatía de los conductores e insiste en que esto aparezca en este breve reportaje.

Como no tiene vehículo propio depende del transporte público.

Junto a la parada espera José Valdo. Vive en Es Canar y, aunque no es usuario habitual, se mueve en autobús siempre que tiene que ir a Ibiza. Desde su punto de vista el servicio es bueno y cubre sis necesidades.

El retraso en la salida es la única pega que le ponen al servicio Luis y María, que consideran, a pesar de ello, que es un servicio mejor que el de taxi. No son usuarios habituales, un accidente con su coche les ha obligado a probar el transporte gratuito para poder moverse desde Sant Josep, donde viven. Tienen autobuses cada media hora hasta las 15:30 y a partir de esa hora la frecuencia es horaria. Mucho más críticas son Sofía, Shakira y Leila, usuarias habituales del servicio público para «no tener que depender siempre de nuestros padres».

Sofía recuerda como hace algunos días se quedó sin poder regresar de Cala de Bou «porque el último autobús no pasó». Estuvo cuarenta minutos esperando hasta que decidió avisar a su madre de que se quedaba a dormir en casa de una amiga.

Shakira y Leila se suman a las quejas, indicando que la aparición del autobús L14 (a Platja d’en Bossa) también es herrática a última hora y hay retrasos de vez en cuando. Usan esta línea para ir a trabajar e indican que en muchas ocasiones han tenido que coger taxi.

Turistas

Dolores Alcolea cogerá el autobús a Sant Josep. Viene de Mallorca y su única queja es que la tarjeta de transporte no se pueda utilizar en el resto de islas. «Ya que se llama Transport de les Illes Balears debería poderse usar de una isla a otra», opina.

Carmen y Juan llegan de Formentera. Es su útimo día de vacaciones y se irán a pasarlo a ses Salines, aunque aseguran que les hubiera gustado ir a alguna cala un poco menos conocida. «Claro, teniendo un día no podemos coger un autobús a Sant Antoni y hacer trasbordo allí solo para ir a una cala. Eso sí que me parece que está mal organizado en una isla con tantos turistas».

El servicio de autobús de Ibiza cuenta actualmente con 54 líneas regulares, incluyendo las cuatro líneas de discobús. El precio del billete sencillo oscila entre 1,55 y 4 euros, si bien con el abono T-General se obtiene una tarifa fija por viaje que varía según las zonas a las que se quiera tener acceso.

Los bonos son de 20 viajes, el más sencillo cuesta 18 euros y posibilita trayectos máximos de 9 kilómetros, mientras que el más completo tiene un precio de 37 euros y permite usar el servicio discobus y las líneas del aeropuerto.

Estos bonos pasarán a ser gratuitos el 1 de septiembre para los usuarios de la tarjeta, que es gratuita y se puede solicitar al Consell d’Eivissa a través de la sede electrónica y de forma presencial con cita previa.