Es Cubells celebró la festividad de la Virgen del Carmen con misa y procesión aunque no hubo ‘ball pagès’ y sí representación teatral. | Toni P.

El municipio josepí de es Cubells celebró la tradicional procesión de la Virgen del Carmen. Medio centenar de personas acudieron ayer por la tarde a Es Cubells para celebrar la patrona de los marineros que, a pesar de la pandemia, mantuvo todas sus actividades. La misa solemne tuvo lugar ayer a las 20.00 en la iglesia de la localidad, acompañado por el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, y varios vecinos y turistas que no se quisieron perder uno de los eventos más importantes de la localidad. Después de la misa y ante la mirada atenta de los devotos, la Virgen del Carmen salió en procesión en brazos de los fieles para descender en dirección a la playa, para la habitual procesión.

Sin embargo, se prohibió a los fieles que subieran a los barcos, a fin de evitar aglomeraciones. A pesar del calor, las mascarillas obligatorias y la distancia de seguridad, los vecinos no quisieron perderse la ya tradicional cita anual.

Celebración en Vila
Mientras en Vila la celebración fue un tanto atípica dado que, este año, por motivos de seguridad, se eliminaron las procesiones terrestres y marítimas y únicamente se ofició una misa en la iglesia de Sant Telm, parroquia de San Salvador de la Marina.

Tal y como marcan los protocolos de seguridad establecidos, el uso de mascarillas fue obligatorio en el interior de la parroquia, además de que el aforo fue limitado.

Para que nadie se quedara fuera de la celebración, desde el Obispado dispusieron dos oficios, una a las 18.00 horas y otra a las 20.00 a la que estuvieron invitados las autoridades principales de la isla. Esta última terminó con una ofrenda floral por la gente del mar y el canto de la Salve Marinera.

Sin embargo, en otros municipios, como en es Cubells, y en Formentera, se organizaron pequeñas procesiones de corta duración, extremando las medidas de seguridad.
En la isla es costumbre ver la salida de la patrona de los marineros desfilando por las calles de La Marina, desde hace ya más de 60 años.

Este se ha convertido en el primer año en el que los devotos no pudieron acompañar a su Virgen del Carmen hasta el mar ni hacerle una ofrenda floral.