Nueva normalidad en O Beach Ibiza. El complejo cumple las condiciones de seguridad específicas decretadas por el Govern Balear en esta temporada tan atípica. | MARCELO SASTRE

O Beach Ibiza vuelve a abrir sus puertas para los clientes que quieran pasar el día tumbados en una de sus famosas camas al lado de la piscina. Ahora más que nunca se deben adoptar las condiciones de seguridad adecuadas y este establecimiento cumple con un amplio número de ellas, divididas en dos bloques, las medidas de seguridad para el personal y las de cara hacia sus usuarios.

En el primer bloque se encuentran la realización del test de coronavirus antes de la reincorporación de los empleados, los equipos de protección como mascarillas y geles hidroalcohólicos personales, la instalación de un arco pulverizador de solución desinfectante en la entrada del personal y mercancías, el control de los proveedores, los controles de temperatura diarios antes de comenzar la jornada y la reestructuración de las horas de entrada y descanso.

En el segundo bloque, los empleados, de cara al público, deben usar obligatoriamente mascarillas y limpiarse las manos después de atender a cada cliente. La separación entre las mesas y camas es de hasta dos metros de distancia y hay un control continuo de los socorristas en la zona de la piscina.

El laboratorio Doctor Marí controla el correcto tratamiento del agua de las piscinas y la desinfección e higiene de las cocinas. Para desinfectar los habitáculos cerrados se usan unos cañones de ozono.

La empresa Emergency Staff, profesionales sanitarios, asesora al personal de control y seguridad para garantizar el cumplimiento y la efectividad de las normas.

Temporada atípica
Ramón Jiménez, portavoz de la dirección del grupo de empresas O Beach Ibiza, piensa que es una temporada atípica, pero que es totalmente compatible una temporada en Ibiza con una temporada segura, según las normas que les va marcando el Govern Balear.

Además, las barras están cerradas y en la pista de baile ahora hay camas.
La única forma de acceder al establecimiento es bajo reserva, ya sea para restaurante o cama, no han subido los precios y los usuarios pueden seleccionar las mesas y camas a su gusto.

Ahora son solo 140 empleados en vez de 400, lo normal en plena temporada estival.