La investigadora acudirá a la gala benéfica que tendrá lugar hoy sábado en el Hotel Aguas de Ibiza. | DANIEL ESPINOSA?

Priscila Monteiro es la responsable de un proyecto de investigación que está siendo financiado por la asociación ibicenca Elena Torres. El proyecto busca desarollar un nanosensor ultrasensible y específico para la detección de proteínas relacionadas con el inicio del desarrollo del tumor de cáncer de mama.

¿En qué consiste el proyecto que están desarollando?
—El proyecto que tenemos entremanos nace de la necesidad de encontrar una cura o un nuevo tratamiento para el cáncer. El proyecto busca desarrollar una teconología altamente sensible capaz de buscar una serie de proteínas muy específicas que circulan en la sangre en cantidades muy bajas, por lo que son prácticamente indetectables por la tecnología con la que se tratabaja actualmente. Queremos ‘pillarlas’ al inicio del tumor y ver si pueden servir para el tratamiento del mismo y para usos clínicos.

¿Estamos hablando de tratamiento para un tipo de cáncer específico o en general?
—Realmente es algo muy complicado. Es un proyecto que podría dividirse en dos líneas de actuación. Por una parte está el desarrollo de la tecnología en sí misma y después la de la validación de las mismas proteínas en el tratamiento para los ensayos. En principio, hemos tomado como modelo el cáncer de mama porque es uno de los mas estudiados y los que mejor comprendemos. Una vez desarollado el proyecto, lo usaremos en todos los cánceres y veremos qué proteína actúa en cada tipo y así poder llegar a todos.

¿En qué momento se encuentra la investigación?
—Estamos en un momento un poco crítico. Ahora mismo estamos intentando probar el estudio que ya tenemos en muestras reales y es mucho más complicado de lo que parece porque muchas veces, con anterioridad, muchas de las cosas que parecían prometedoras han fallado, los falsos positivos son muy comunes en estos casos. Lo de buscar marcadores en sangre es parecido a buscar una aguja en un pajar. No es lo mismo hacerlo en una muestra capada y controlada en un laboratorio que hacerlo en una muestra real donde no sabes cómo va a reaccionar el sujeto, dado que hay que modificar cosas en el protocolo de actuación, adelantarse a cosas que ‘podrían pasar’...

¿Qué le falta a este proyecto para ser una realidad?
—Las muestras reales, los ensayos clínicos con humanos.. Aunque no es tan fácil. Es un proceso muy largo, en el que tienen que participan órganos específicos. También hará falta más personal y habrá que parar también para buscar más inversión y para redactar proyectos. Para la gente el final está lejos, pero para nosotros está siendo rápido, en solo diez años hemos avanzado muchísimo. Queremos todos detectarlo cuanto antes pero hay que ser responsable. No podemos dar confianza a una cosa que no hemos estudiado lo suficiente. No querríamos dar un susto de un falso positivo a nadie. El optimismo no hay que confundirlo, hay que ser realista, lo ideal sería acabarlo en cinco o 10 años más, pero la ciencia aquí no es exacta, no sabes qué ocurrirá, si nos encontraremos alguna piedra más en el camino que hará que todo se pare en seco...

¿Cómo surge trabajar con la asociación Elena Torres?
—Nos conocimos en un proyecto general de CSIC en 2015, fueron tres años de contrato y cuando terminamos, la asociación quiso apostar por nosotros y apoyar nuestra labor más allá del proyecto inicial. Trabajar así es un placer, el trato es muy cercano y eso motiva porque todos tienen mucha ilusión en lo que hacen. Son muy generosos. Nuestra forma es la de trabajar de modo internacional donde solo hay contratos, folios y no ves las caras de las personas que hay detrás.

¿Cree que se invierte lo suficiente en investigación?
—Como investigadora te digo que nunca hay dinero suficiente. Investigar tiene un coste muy alto, todo el materail es muy caro y dr necesita de mano de obra muy especializado. Toda ayuda es bienvenida y a la vez poca. Siempre necesitaremos más personas. Cuanto más descubrimos, más volumen de trabajo hay y es necesaria una inversión cada vez más grande y cuantiosa. En sanidad pública se investiga muchísimo más que antes. Cuando yo llegué a España en 2008 estaba mucho peor. Ahora es un sector muy competitivo, mucha gente quiere participar. Salud, comunicación y tecnología van de la mano. Siempre será poco porque queremos más pero hay que pensar que todo este dinero, por mucho que hablemos de cantidades altas, siempre se queda corto.

¿Considera que el cáncer está cerca de curarse por completo?
—Pues sinceramente, te diría que no tengo ni la más remota idea. Es una enfermedad que no se comprende, ni siquiera con todos los avances que ya se han hecho a día de hoy. No tiene una causa específica, hay gente muy buena trabajando y luchando por la causa y aún así queda bastante camino por recorrer aunque todos querríamos erradicarlo cuando antes. A veces es un poco frustrante, dado que llevamos muchos años detrás de esta palabra y enfermedad tan horrible y aún sigue siendo el grandísimo desconocido. No hay un patrón de actuación, todos los tipos son agresivos.