En la desembocadura del río de Santa Eulària, donde cohabitan aves de distintas especies, se encontraba recientemente esta garza relajada y consciente de que un objetivo estaba pendiente de ella. Fue en el momento en el que la garza decidió girarse y mirar a la cámara, cuando la fotógrafa Rosa Ruiz realizó esta bella imagen con ayuda de su teleobjetivo. «Normalmente las aves salvajes son bastante escurridizas, pero tuve la suerte de que decidió mirarme»
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Esta garza es una de las responsables de la eliminación (junto a ratas y gaviotas) de los pequeños patitos que hay entre la desembocadura del rio hasta el pont vei.