Y después de mirar al pasado para coger impulso, las hermanas ibicencas Lali y Antonia Riera fueron las encargadas de iniciar el desfile de este año. Sorprendieron con la evolución de sus diseños desde la última pasarela. Los tules, gasas, bordados o linos se combinaron sobre el escenario para mostrar las nuevas y grandes creaciones de las diseñadoras.
Tiempo tuvieron después las estudiantes de la Escola d’Art d’Eivissa para mostrar su Mare Nostrum. Fue el nombre de una colección que gracias a la elección de sus tejidos y patrones consiguió mostrar esos volúmenes pretendidos para representar las aguas de Ibiza. Un bonito trabajo el que realizaron estas jóvenes creadoras que se ganaron su lugar en la pasarela de ayer.
Destacaron las creaciones frescas y cómodas y la moda sostenible de Nanou Couture y los alegres y divertidos diseños con sus llamativos bolsos, estampados y tocados de World Family. También los looks elegantes e innovadores de Linnea Ibiza que mostraron a una mujer romántica y femenina gracias a la combinación de sus diseños y tejidos.
Los momentos más llamativos y rompedores sobre el escenario llegaron de la mano de las firmas K de Kose-Kose Privée, que con una música digna de cualquier película de terror mostró originales diseños entre los que se mezclaron alfombras turcas o barretinas catalanas. Pero también sorprendió Ibiza Stones y su puesta en escena rockera. Modelos muy ochenteros que recordaron a aquella época desde Adlib.
Y la gran sorpresa para los espectadores fue la llegada de Virginia Vald y la gran alegría que transmitió desde el escenario. Fuerza en su música y en sus creaciones que hipnotizaron al público con looks que recordaron la alta costura.
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