Los coches ya pueden circular por esta carretera pese a que falten detalles por concluir, informó la consellera Pepa Marí. | Toni Escobar

La reforma de la carretera de Sant Joan toca a su fin ya que, según confirmó ayer la consellera de Mobilitat, Pepa Marí, el tráfico está abierto ya en ambos sentidos y únicamente quedan «flecos», que estarán solventados la semana que viene. «La capa intermedia de la carretera está completa al cien por cien y, por eso, está abierta. Lo que se está haciendo ahora es poner la capa de rodadura y está al 85%; únicamente quedan dos kilómetros en la parte más cerca de la rotonda de los Caçadors», explicó Marí, quien precisó que la carretera estará pintada la semana que viene «y se empezará a desmontar la planta asfáltica en cuanto se acabe de dar la capa de rodadura». Cabe destacar que la empresa adjudicataria de los trabajos se había comprometido ante el Consell d’Eivissa y los vecinos afectados por la planta asfáltica a que la reforma concluiría el 30 de junio. «En los últimos meses con la empresa hemos estado hablando y ha ido bien y se ha visto que la empresa ha puesto todo de su parte para cumplir el plazo y que la carretera se pudiera abrir a tiempo. Ahora faltan los acabados, pero lo importante está hecho», destacó Marí.

Yacimiento

Lo que sí continuará son las excavaciones arqueológicas, «que están fuera de la carretera, en la curva de Can Creu; se prevé que puedan alargarse hasta octubre», destacó Marí, quien resaltó que en el proyecto inicial había un presupuesto de 100.000 euros para yacimientos arqueológicos. Finalmente, y debido a la importancia del yacimiento de Can Creu, esta cantidad se ha tenido que incrementar a 670.000 euros.

La primera piedra de la reforma de esta carretera se puso en la legislatura pasada, concretamente, en octubre del año 2014. El presupuesto inicial de estas obras fue de 10,9 millones de euros y en principio estaba previsto que los trabajos acabaran en febrero de este año. Sin embargo, el hallazgo de un yacimiento arqueológico en Can Creu y de una cueva de murciélagos, entre otros imprevistos, propició que los trabajos se alargaran más de lo que se pensaba inicialmente, por lo que la conselleria Pepa Marí afirmó en noviembre del año pasado que esperaba terminar la reforma antes de este verano. El presupuesto inicial fue de 10,9 millones de euros, pero la inversión se tuvo que incrementar un 9,98% (1.089.905,31 euros) para hacer el seguimiento y museización de los restos arqueológicos, la instalación del drenaje, que no estaba incluido en el proyecto inicial, y la existencia de tierras de peor calidad que impedían formar terraplenes y dar estabilidad a la carretera. Finalmente, la empresa se comprometió en marzo a tenerlo todo listo como fecha límite el 30 de junio.