El presidente de la asociación Jesús Sánchez en el bar del hotel Montesol, durante una de sus visitas a Eivissa.

La Asociación de Salas de Fiestas y Discotecas de Balears está cada vez más presente en la Isla. Su nuevo presidente, el empresario Jesús Sánchez (Palma, 1958) anuncia que será «persistente» en que las administraciones actúen sobre los locales de ocio con ilegalidades.

—Usted opina que hay laxitud por parte de las administraciones para reactivar la economía.
— Sí, de hecho somos conscientes, y la patronal lo viene denunciando los últimos años, de comportamientos absolutamente ilegales y de ausencias de licencias para algunas actividades.

— La asociación ha interpuesto muchas denuncias últimamente en Eivissa ¿Sus socios no cometen irregularidades?
— Sí, yo diría ‘quien esté limpio de culpa que tire la primera piedra'. Creo que sería muy difícil encontrar empresas que cumplieran al 100% escrupulosamente con todas las medidas, en muchos casos muy farragosas y ligadas a una burocracia antigua. Pero evidentemente no podemos tener el mismo trato aquellos que incumplimos en algún aspecto y queremos solucionar, que aquellos que incumplen al 100%. La administración tiene que sopesar lo que realmente es grosero, lo que es insultante. Porque la absoluta legalidad, extrema, es difícil de cumplir, pero hay cosas que son verdaderamente groseras. Aquí en Eivissa tenemos ejemplos, y ustedes los conocen bien, de muchos establecimientos en los que hay realmente groserías. Ahora, con respecto a nuestros socios nosotros vamos a estar pendientes de que cumplan la normativa, sino les vamos a denunciar también.

—¿Cuáles son los establecimientos que cometen, como usted dice, ‘groserías'?
— Los que hemos denunciado históricamente, el DC-10, el KM5, Blue Marlin, que ahora están intentado impulsar una legalización a través del interés general ¿Cómo se puede legalizar un establecimiento que tiene orden de derribo? Algunos de los que he citado están ubicados en terreno rústico, con aforo de 60 personas pero tienen convocatorias que van más allá, que pueden alcanzar las 4.500.

—Todos estos locales pertenecen al municipio de Sant Josep, con el que ya es conocida la cruzada que tiene la asociación de discotecas. ¿Cree que el Ayuntamiento no está actuando con celeridad?
— Nosotros creemos que no. Nos reunimos a petición del presidente del Consell con los cinco alcaldes de la Isla y les solicitamos que de la misma forma que nos pedían que hiciéramos un esfuerzo con respecto a abrir más tiempo en 2013 le solicitamos que hubiera la valentía política suficiente para actuar en esas groserías y en esas cosas tan evidentes que en algún momento han hecho que se llevásemos ante los tribunales a un alcalde [Josep Marí Ribas Agustinet]. No dudaremos si lo tenemos que hacer igual. Porque con aquel señor que de una manera consciente está cometiendo una ilegalidad, el Ayuntamiento tiene que actuar. Son los únicos competentes para hacerlo y en eso vamos a ser pertinentes. Porque sí que es cierto que los empresarios que intentamos cumplir al máximo la normativa hacemos unas inversiones con costes de producción que son superiores a los del señor de al lado que no cumple ninguna normativa.

— ¿Quiere decir que no dudará en denunciar a la actual alcaldesa Neus Marí 'Berris'?
— No dudaremos en utilizar los instrumentos que tenemos en nuestra mano porque desde luego no vamos a permitir que esto se convierta en un territorio comanche, donde aquí todo el mundo puede hacer absolutamente de todo, con unas reglas de juego diferentes para unos y para otros.

—¿Qué opina de la amnistía que dio Sant Josep el verano pasado para que Space, Ushuaïa y algún otro establecimiento que tenían orden de clausura terminaran la temporada?
—A ver, nos retrotaemos a lo que comentábamos antes, es muy complicado en el momento que estamos viviendo y en temporada alta adoptar medidas correctoras que puedan traumatizar el producto. Las soluciones hay que adoptarlas antes y después de la temporada. Y cuando lo hemos hecho mal, lo que tenemos que intentar es que las repercusión sea la mínima posible. No podemos esperar a julio para tomar las determinaciones, tenemos ocho meses al año para analizar la situación, como para tener que pegar el frenazo en plena temporada. Vamos a ser prudentes y a actuar con sentido común.

—En Eivissa se están poniendo de moda los beach clubs y el hotel concierto. La asociación no parece estar muy a favor de estos nuevos conceptos.
—Bueno, con respecto a los beach clubs nosotros estamos a favor de cualquier producto que de alguna manera sea atractivo y singular. Tenemos la imagen de esa cama balinesa, con una oferta de calidad. Ahora, si se generaliza esto, y sobre todo, no se pone unas reglas de juego concretas, al final todo el mundo va a hacer camas balinesas y el producto se banaliza. Nos preocupa también los macroconciertos encima de los sistemas dunares por el tema de contaminación acústica y el deterioro que hacen del territorio. Pero esto son actividades ilegales que, hoy por hoy, se quieren legalizar a través de una ley turística que se está impulsando desde le Govern balear.

—Una ley con la que su agrupación está totalmente en contra.
—Sí, porque para nosotros es muy perjudicial. En temas como el Ushuaïa, el concepto de un hotel alojamiento como recinto musical habría que valorar dónde está la actividad principal. Estamos hablando de un establecimiento que al amparo de una licencia de alojamiento puede hacer otra actividad sin licencia, que el Ushuaïa lo está haciendo sin licencia, y el futuro dice que lo podrá seguir haciendo sin licencia. Es decir, las reglas de juego son distintas para el Ushuaïa que para nosotros, a nosotros sí que nos exigen las licencias.

—¿A qué empresarios representa la asociación en Eivissa?
—Aquí tenemos unos 50 asociados. Los grandes evidentemente están todos y después tenemos muchos pequeños

—¿Y los empresarios ibicencos se han quejado de actividades como la del Ushuaïa?
—A ver, los empresarios de Mallorca no se quejan de la actividad de aquí porque no les afecta, son los empresarios de aquí que están haciendo actividades que tienen intereses en Mallorca. Y de hecho, nosotros estamos convencidos que la ley turística está impulsada por una persona que tiene intereses aquí y que tiene intereses en Mallorca. De hecho, tiene actividades como el Ushuaïa o Mallorca Rocks, que para poner un ejemplo, el año pasado en el verano hizo 18 macro conciertos en un hotel de 600 plazas para 4.900 personas, sin licencia. Entonces ¿cuál es la actividad principal?

— Está hablando del Grupo Empresas Matutes.
— No puedo decir exactamente el señor Matutes porque no lo he visto. Pero creemos que hay intereses de aquí que se están extrapolando a otras islas y que creemos que es marcar una regla de juego distintas para unos empresarios que para otros.

—¿Los empresarios ibicencos también piensan que hay intereses de Matutes detrás de la nueva ley turística?
— Bueno, lo de Matutes es una percepción mía y es una percepción que todo el mundo la tiene, tampoco nos vamos engañar. El grupo Matutes persigue unos intereses y yo tendría que aplaudir que los consiga. Un empresario que a lo mejor tiene la visión que puede legalizar un producto novedoso y que puede ser singular le tenemos que dar la enhorabuena. Nosotros estamos luchando para que las condiciones que se les dan al grupo que sea, sean las mismas para todos.

—Pero entonces, si a través de la nueva ley se quiere regularizar Ushuaïa, ¿cómo está funcionando ahora?
—Mire, porque la administración no actúa.

—Hace muy poco el Ayuntamiento de Sant Josep le concedió la licencia de hotel musical.
—La figura de hotel musical no existe, no hay ninguna legislación que me lo diga. Aquí concretamente el Ushuaïa en principio tiene permiso de instalación de beach club que todavía no está aprobado por la ley general turística, y lo de hotel club, tampoco existe. Tiene tres aforos, para un club, que no sabemos a lo que se refiere, tiene más de mil personas; para el hotel, dos mil personas y para actuaciones musicales, cinco mil personas. Y yo pregunto, ¿cuál es la actividad principal? Entonces, que pidan los papeles para hacer la actividad musical y no en base a un alojamiento.

—El concejal de Actividades de Sant Josep, Javier Marí, critica que la asociación se queje del Blue Marlin cuando muchos beach clubs son regentados por sus socios.
—Nosotros no somos somos tontos. Si no nos ponen la reglas de juegos adecuadas y creemos que hay un camino de negocio en todo esto no nos vamos a quedar parados. Somos empresarios y nuestro primer objetivo es ganar dinero. Si el señor Matutes lo hace ¿por qué no lo vamos a hacer nosotros?

—¿Dónde estaba la asociación hasta hace poco?
— Es casi un tema personal porque don Pedro Vidal que ha sido el presidente hasta hace quince días estuvo atravesando a nivel personal físico, una situación complicada, que no le permitía estar en la cresta de la ola. Ahora estamos intentando estar presentes en todos los sitios en los que tenemos que estar.