Alexia en primer plano, junto a un cuadro en el que aparecen dos de sus hermanas también tatuadoras. | DANIEL ESPINOSA

La vida de Alexia López parecía destinada a dedicarse a los tatuajes desde que nació. No en vano su madre, Mara, comenzó a tatuar hace treinta años, siendo una pionera en un mundo tradicionalmente de hombres, hasta el punto de regentar en Santander la primera escuela dedicada a enseñar este arte que se abrió en España.

Por eso no es extraño que, además, sus tres hermanas, Belén, Alia y Andrea, también se dediquen a este mundo. Eso sí, como asegura Alexia, «aunque a todas nos ha trasladado el amor por este arte y sus grandes conocimientos, cada una tenemos un estilo muy diferenciado que hace que cada uno sea fácilmente identificable».

Familia divertida

Por eso esta cántabra, que vivió en Eivissa hasta los 19 años, asegura que su familia es muy divertida y original, y eso que en ocasiones «cuando era niña y cuando hacerse tatuajes no era tan normal, tener una madre tatuadora hacía que muchos de mis compañeros pensaran que mi madre había estado en la cárcel». Sin embargo cuando se comenzó a poner de moda el decorar el cuerpo todo cambió y «éramos la envidia de nuestros compañeros que ya nos miraban de otra manera».

En este sentido Alexia, que tiene más de 15 años de experiencia, asegura que lleva «toda mi vida laboral oyendo que los tatuajes están de moda y eso es porque normalmente la gente que no está involucrada en este mundo no sabe que ya llevan muchos años funcionando muy bien».

Algo que ha hecho que, según esta tatuadora, «aunque esta brutal crisis nos ha afectado como en todos los negocios, el interés de la gente por seguir cuidándose y por decorarse el cuerpo hace que nos mantengamos como podemos sin tener que cerrar estudios».

Tatuaje paramédico

Así, con el tiempo se ha convertido en una experta en tatuajes maorís y de color, aunque primero en Santander y ahora en Santa Eulària, desde que el pasado 16 de agosto abriera su estudio Ibiza Dream Tatoo, por sus manos y sus agujas han pasado «desde famosos hasta personas mayores, como una señora de más de setenta años que se hizo un niño Jesús».

Además, Alexia desde hace un tiempo también ayuda a personas que tienen problemas psíquicos y físicos tras haber sufrido accidentes o algún tipo de cáncer mediante sus tatuajes paramédicos en los que «se cubren las cicatrices y se reconstruyen las aureolas de las mamas».