José Luis González Martín con la carta con la que Itusa les pide que abandonen sus viviendas para acometer el derribo. Junto a él, su madre María Teresa Martín Gómez. | Luciana Aversa
La presencia de 'okupas' en las casas que ya han sido abandonadas y una penalización de 300 euros por día si no dejan sus viviendas para el 30 de septiembre. Éstas son sólo dos de las quejas de los últimos habitantes de Santa Margarita que no han aceptado la permuta por el nuevo edificio Es Pla de Vila. Trece propietarios, de los cuáles algunos aún permanecen en las antiguas viviendas, y que ahora, en los últimos días, tienen que cuidarse de que, según denuncian, no les roben los 'okupas'. «Nuestra vida corre peligro porque son hasta violentos. Ya se han enfrentado con una propietaria de 47 años que vive sola con su hija y que está esperando que le entreguen las llaves para irse a Es Pla de Vila. A mí me han robado ropa, los vi, le dije que no tenían vergüenza y se rieron», destacó José Luis González Martín, que pidió que el Ayuntamiento de Eivissa, a través de la empresa Itusa, «ponga los tabiques que tenga que poner para poder estar tranquilos el tiempo que nos queda».
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Los politicos y las fuerzas del orden tienen el deber de expulsar a todos los okupas y delincuentes de la isla que ya son demasiados, los robos y el descontrol que padecemos se ha vuelto insoportable.