El debate de los Presupuestos del Govern para 2005 amenaza con elevar aún más el tono crispado de la política balear y con tensar la relación con el Gobierno central. El Gobierno central los examinará «con lupa», según fuentes del PSOE.

El alto endeudamiento previsto en las cuentas de 2005 -que sobrepasaría los 600 millones de euros si se tiene en cuenta la deuda de las empresas y organismos públicos, según coinciden Govern y oposición- obligará a no darlos definitivamente por válidos hasta que el Ministerio de Economía los haya revisado tras su aprobación por el Parlament, según ha confirmado el Ejecutivo autónomo.

El PSOE, a través de Francina Armengol y Francesc Quetglas, sembraron múltiples dudas sobre el proyecto. Los socialistas aventuraron que son «ilegales». Ayer mismo, como paso previo al inicio del debate parlamentario, solicitaron un informe jurídico a la Mesa de la Cámara.

El conseller Ramis d'Ayreflor se mostró tranquilo en una conversación con Ultima Hora. Si bien admitió que todavía no disponen de la «autorización formal» para endeudarse (afirmó que se informará al Ministerio de Economía una vez hayan sido aprobados por el Parlament), recordó que había conversado ya con el ministro Solbes en el marco de la última reunión del Consejo de Política Fiscal y Finaciera y que le expresó el «compromiso de avalar» las cuentas autonómicas en base a sus necesidades de financiación.

«Lo que yo le pediría al PSOE es que no ponga palos en las ruedas», señaló el conseller tras ser informado de las dudas sobre la legalidad que había mostrado el PSOE.

Armengol y Quetglas mantuvieron que los Presupuestos, además de «ilegales» son «falsos» y encubren un déficit «más allá de lo razonable».

Según el conseller «nosotros vamos con la verdad por delante y explicamos cuál es nuestra situación». El conseller indicó que «el Pacte dejó los cajones llenos de facturas para pagar».

El portavoz del PSM, Pere Sampol, calificó de «espiral de locura» las cifras de endeudamiento (para los nacionalistas, la cifra real de deuda es de 719 millones de euros); mantuvo que el PP «dejará hipotecada la economía balear durante años» e hizo un dramático llamamiento.

«Instamos al sector económico a presionar e influir sobre el PP para que abandone esta locura», señaló Pere Sampol durante una rueda de prensa.