La Conselleria balear de Medi Ambient ya tiene un estudio en la mano, titulado «Alternativas de mejora del saneamiento y depuración de Eivissa», con el que justificar su rechazo a desplazar la actual y hedionda depuradora de Eivissa a un emplazamiento donde no moleste tanto a los residentes y turistas. El dinero es el principal argumento para descartar cualquier cambio de lugar, según apuntaron ayer en rueda de prensa la consellera Margalida Rosselló y el director general de Recursos Hídricos, Antoni Rodríguez. El coste de la operación sería, según adujeron, prohibitivo: 25'7 millones de euros, alrededor de 4.263 millones de pesetas, más o menos lo que costará construir el dique de Botafoc.
El Govern descarta el traslado de la planta depuradora de Eivissa
El cierre de la instalación actual tendría un coste de 25,7 millones de euros (4.263 millones de pesetas), similar al de la construcción del dique de Botafoc
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