ÓSCAR DELGADO Coincidiendo con la primera luna llena del milenio, ayer se produjo un fenómeno meteorológico que las Pitiüses no pudieron disfrutar en su plenitud. El eclipse lunar, que comenzó a las 19'42 horas y que alcanzó su plenitud a las 20'50, fue eclipsado a su vez por el cielo encapotado. Aunque la propia luz de la Luna permitió que, de manera difusa, los interesados comprobaran las evoluciones del fenómeno.

Los amantes de este tipo de manifestaciones naturales no podrán ver algo similar hasta el mes de mayo de 2003. La luna estuvo durante todo el proceso, cuya finalización llegó con la fase de penumbra a las 23'58 horas, en la constelación de los Gemelos. El fenómeno se resume en que ayer nuestro planeta se interpuso entre la luz del Sol y la Luna en un proceso que finalmente duró cuatro horas y cuarto. Los 1.738 kilómetros de radio que presenta el satélite terrestre quedaron ocultos por unos instantes, los que se prolongó el movimiento de la luz en el momento más álgido del eclipse de ayer.

Antes de que estuviera eclipsada, la Luna ayer presentaba un brillo especial, ya que se hallaba en su perigeo "en el punto de su órbita más cercano a la Tierra" y nuestro planeta cerca del perihelio "época en que la Luna recibe el máximo de luz solar". Así, los pitiusos vieron el tamaño del satélite especialmente grande y, a la vez, cómo éste se ocultó por unos instantes. En 2003, quizás el cielo se presente en mejores condiciones para verlo.