Más de 700 alumnos de Secundaria disfrutaron ayer en Can Ventosa del teatro. La obra de Quevedo, en versión de José Luis Alonso, fue seguida en dos sesiones matutinas que sirvieron para acercar la escena a los jóvenes. La picardía propia de la juventud sirvió para establecer un nexo entre el auditorio que ocupó ayer las plazas del salón de actos del centro cultural Can Ventosa y la temática de la obra. La versión que interpretó la compañía «La quimera» fue recibida por los jóvenes con disparidad de criterios.

A unos les pareció sumamente aburrida y lenta, aunque las opiniones variaban con frecuencia. Muchos de los alumnos nunca habían asistido antes al teatro. A este sector le atrajo de manera especial la verosimilitud con la que se vive la interpretación de los actores. Acostumbrados a ver películas en la televisión o en el cine, el mundo de la escena les sorprendió gratamente. A otros ni les iba ni les venía y se preocuparon más por ofrecer una sintonía variada de ruidos. Por último, había jóvenes que llegaban a Can Ventosa con la obra original de Quevedo leída, y con el deseo de compararla con la versión de José Luis de Santos.

Un grupo de chicas aclaraba que muchas escenas del libro no aparecían en la obra, aunque para ellas no perjudicaba al contexto porque de la trama se enteraban igual. Con la promesa de que tras esta experiencia vivida cerca del escenario volverían, los alumnos emprendieron el camino de vuelta a las aulas, donde se les ha dado la base para comprender la esencia de obras como «El Buscón» de Francisco de Quevedo.