La sala de fiestas del Casino de Ibiza acogió una velada cuya banda sonora fue la música de los autores de «Chiquitita». Foto: GERMÁN G. LAMA.

El Casino de Ibiza se convirtió ayer en lo más similar a un espectáculo de Eurovision para acoger la primera función de «A Tribute to Abba», un show de la formación británica «The Theatre Trust of Ibiza», inspirado en las canciones del mítico grupo sueco y que se representa para recaudar fondos para el comité local de la Asociación Española Contra el Cáncer.

Más de 400 personas pagaron las 2.000 pesetas de la entrada "1.000 para los más pequeños" para escuchar de nuevo canciones como «Waterloo», «Mamma mia» o «Chiquitita», grandes 'hits' de la música discotequera de los años 70 que en los últimos meses se han vuelto a poner de moda. Ni siquiera el presidente del comité local de la organización humanitaria, José Colomar, se libró de pagar la entrada: «Yo he sido el primero, faltaría más». A la entrada de la sala se instaló un puesto de venta de flores Todo el dinero que se recaude se destinará a ayudar durante el tratamiento a todas las personas aquejadas de esta enfermedad.

La de ayer no fue la única representación de «A tribute to Abba», puesto que esta noche se volverán a encender todos los focos del casino para iluminar la segunda y última función del espectáculo, que se celebrará a la misa hora, las nueve y media de la noche. Los cuatro cantantes «The Theatre Trust of Ibiza» "dos chicos y dos chicas, como en la formación original" no estuvieron solos sobre el escenario, puesto que las bailarinas del Estudio Capricorn y de la Escuela Municipal de Ballet de Santa Eulària arroparon con sus coreografías a los intérpretes. Ambos grupos habían preparados números especiales, también inspirados en Abba.

Los cuatro artistas no dejaron su interpretación en manos del playback: todos se ganan la vida en el mundo de la música, y ayer se pudo comprobar por qué, puesto que su derroche vocal dejó más que impresionado al numeroso público.

La puesta en escena también estuvo muy cuidada: todos los elementos que decoraban el escenario buscaban el glamour que acompañó a Abba durante sus años de estrellato.