La Guardia Civil acudió el jueves a la residencia sa Serra para comprobar si algunas de las denuncias formuladas por familiares de internos eran ciertas. Comida congelada, enfermos mal atendidos, poco personal y deficiente limpieza son algunas de las críticas contra la gestión del centro público gestionado por una empresa privada. Las fotografías que realizaron los familiares mostraban alimentos que ninguno de nosotros ni siquiera probaría. La comida, dicen, es congelada, inapropiada para personas mayores que se merecen lo mejor en el tramo final de su existencia. No debería haber sido la Guardia Civil la que acudiese a sa Serra a comprobar las denuncias de los familiares. Si es así, como demuestran las diferentes pruebas, el Govern tendría que haber actuado hace tiempo. La consellera de Benestar Social, Josefina Santiago, dice que el Govern asumirá la gestión a final de año, pero seguramente muchos de los internos no pueden esperar tanto tiempo. Para ellos unos meses de vida es como para nosotros un lustro. No pueden vivir en estas condiciones. La empresa niega todas las acusaciones y cree que hay una conspiración para dañar su reputación. Dice que todo es falso y amenaza con medidas legales para salvar su imagen. Supongo que ningún medio de comunicación es culpable de que se hayan presentado denuncias o que la Guardia Civil acudiese el jueves a la residencia para inspeccionar el centro. Cuando escucho a los políticos de ahora reclamar más dinero para gastar en no se sabe qué, pienso en los mayores que deben estar internados en estos centros, muchas veces solos, y en condiciones más que discutibles ¿Es esta la sociedad que queremos? Muchas veces perdemos el tiempo en discusiones bizantinas de temas menores si los comparamos con problemas como los que, según denuncian, sufren algunos mayores que viven en la residencia de sa Serra. Y lo peor de todo es que sucede cerca de nosotros, aquí mismo. Da mucha pena.