Personas que tienen un puesto de trabajo pero que están obligadas a elegir entre pagar el desorbitado precio de la vivienda en Eivissa, abonar las indecentes facturas de la luz, que en los últimos años han subido el doble que en el resto de Europa, o simplemente alimentarse. Es la terrible disyuntiva que tienen ante sí un colectivo de personas que cada vez se hace más numeroso en las islas. Lo llevan diciendo desde hace tiempo Cruz Roja o Cáritas. Este verano las personas sin techo han aumentado exponencialmente en nuestra isla. Gente cada vez más joven que viene a hacer la temporada pero que no puede permitirse pagar ni una habitación para sacar algún beneficio de los meses de trabajo. Personas que, durante el día, trabajan de sol a sol en hoteles o restaurantes y que tienen que pasar la noche en un cajero automático.
OPINIÓN| Amàlia Sebastián
Pobres con contrato
Eivissa08/01/16 0:00
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