Es sorprendente la voluntad que le pone Iago Negueruela, portavoz socialista en el Parlament, en hacer creer que el caso de las mascarillas fake es en realidad un escándalo que afecta al Govern de Prohens. Su argumentario es cada vez más pobre por repetitivo y, a la vista de lo que se va publicando, solo convence a los medios más afines ideológicamente. El último capítulo protagonizado por Negueruela, y también por Luis Apesteguía, portavoz de Mes, está relacionado con el expediente de contratación de las mascarillas. El Govern ha ofrecido a la oposición que vaya a revisarlo al Ibsalut, pero ahora rechazan ir verlo después de haberlo solicitado durante semanas.

El expediente y Negueruela

Negueruela apunta que él ha ido construyendo el expediente de la compra en base a lo que se ha publicado y a los documentos de la investigación, pero realmente sorprende que tuviese tanta información. Solo se entendería si Negueruela hubiese podido tener acceso a todo el expediente y de ahí ir filtrando a los medios lo que le ha interesado. También sorprende la postura del portavoz de Més, siempre tan combativo contra la corrupción mientras no la protagonice alguien de la izquierda. En este caso su postura siempre suele ser bastante tibia.

Es el caso del PSOE

Por mucho que intenten hacer creer lo contrario, el caso de las mascarillas fake es un asunto que salpica de lleno al PSOE, y especialmente a la líder de Balears, Francina Armengol. Ella es la que debe explicar qué persona le pidió que contratase las    mascarillas de la trama de Koldo y el motivo por el cual el material estuvo en un almacén durante tres años. Lo demás, desde fechas de expedientes o supuestos líos con la reclamación a la empresa, es una forma bastante barriobajera que tienen Armengol y Negueruela para intentar salir airosos de este escándalo. Tampoco parece probable que la comisión de investigación pueda aclarar muchas cosas, pero a medida que avanzan las pesquisas de la Guardia Civil y de la Audiencia Nacional queda claro que era una trama muy bien orquestada. Y no parece que Koldo fuese el cerebro. Por eso resulta inexplicable que Armengol aún no haya hecho ni un amago para dimitir de sus cargos.