De la entrevista publicada ayer en estas páginas a Juan Calbo Cubero, secretario general de la Agencia Balear del Agua (Abaqua) del Govern y antiguo activista de Alianza por el Agua, se infiere que la solución al problema del agua en Ibiza y Formentera está todavía muy lejos de estar encaminada. Y es que a los problemas históricos de fugas de agua potable, con el consiguiente coste ambiental y económico, y de mal funcionamiento de las depuradoras, lo que unido a la deficiente calidad del agua que es tratada por exceso de salinidad, impide una posterior reutilización y contamina el litoral, lamentablemente se añade otra problemática: el 60 % del agua llega contaminada a las estaciones depuradoras.

Vertidos incontrolados.
La hipótesis que maneja Abaqua es que la contaminación detectada procede de vertidos incontrolados de productos industriales y aceites, responsabilidad que corresponde a los ayuntamientos, administraciones a las que Abaqua también responsabiliza del exceso de salinidad porque las redes están en «mal estado, tienen roturas y se infiltra agua salada del subsuelo». De todo ello, se desprende que la magnitud del problema merece que este asunto sea tratado de forma urgente como una cuestión de estado y, una formidable inyección de recursos para acabar con él. El Consell d’Eivissa debe liderar la respuesta porque el Govern se ha demostrado incapaz de hacerlo.

Inyección de recursos.
La actual estructura administrativa de la gestión del agua se ha demostrado absolutamente ineficiente para resolver las carencias históricas. La situación a un problema grave, ya que el agua es un bien escaso, requiere que sea abordado desde una óptica global. Un problema de este tipo no se soluciona echando la culpa a los ayuntamientos, sino ayudándoles a poder resolver la parte del problema que es de su responsabilidad. Es urgente plantear la renovación de todas las redes de suministro para evitar fugas y también las de aguas fecales, especialmente en aquellos tramos que aún no cuentan con separación entre éstas y las aguas pluviales, para evitar la contaminación aludida.