El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció ayer tarde la aprobación hoy, mediante un Consejo de Ministros extraordinario, de un decreto que paralizará la actividad económica ‘no esencial’ –así se expresó en diversas ocasiones– en España durante las dos próximas semanas. La medida tiene por objeto, como habían recomendado diversos expertos, reducir las posibilidades de contagio incrementando el grado de confinamiento evitando el movimiento de personas. Este período, que comenzará el lunes, será considerado como un permiso retribuido y finalizará el próximo 9 de abril.

Confinamiento ampliado.
Aunque el presidente no fue demasiado explícito sobre los efectos prácticos de la aplicación del decreto, todo indica que englobará determinadas actividades relacionadas con las obras públicas y la construcción, la venta a domicilio y otras de características similares. Este es uno de los puntos críticos de la nueva norma, en especial para no dejar desasistida a la población de servicios imprescindibles en determinados supuestos, como pueden ser las reparaciones a domicilio, la adquisición de electrodomésticos básicos o los talleres mecánicos. Parece imprescindible garantizar la atención de urgencia en estos supuestos.

El momento de la UE.
Uno de los aspectos más destacables de la comparecencia del presidente Sánchez ha sido, sin duda, las referencias al papel de la Unión Europea frente a la emergencia sanitaria que viven la totalidad de sus países miembros y con especial violencia Italia, Francia y España. «La UE se la juega», fue una de las frases con las que trató de denunciar el peligro que supone para los organismos europeos; una pérdida de crédito popular que puede poner en entredicho el proyecto de la construcción europea. Fue la crítica de Sánchez frente a socios, como Alemania y Holanda, que bloquean las ayudas a los más afectados por la epidemia.