Desde que la nueva etapa democrática en España resulta difícil poder imaginar las horas que vivió ayer el PSOE. La convocatoria del comité federal se presumía complicada por los días previos que se habían vivido en el PSOE, pero lo ocurrido supera cualquier guión que pudieran escribir los peores enemigos de los socialistas. Como se preveía, la historia no ha tratado bien a Pedro Sánchez, un líder cuestionado y que seguía en el cargo de manera muy forzada, sin apoyos, atrincherado junto a los miembros de una ejecutiva endeble y partida por la mitad. Tiempo habrá para analizar el papel que ha jugado en esta crisis la presidenta balear, Francina Armengol, la única ‘baronesa’ autonómica que ha apoyado a Sánchez hasta el último momento. También la federación socialista ibicenca mostró su apoyo total y absoluto a Sánchez, otro error estratégico de los dirigentes pitiusos, que se han volcado en las redes en los últimos días para mostrar su apoyo al líder derrotado. Ellos también saborean la derrota.

Errores de bulto. En Europa cualquier dirigente político que pierde unas elecciones dimite. Aquí, en cambio, lo normal y tradicional es seguir en el cargo en contra de todo y de todos. Pedro Sánchez tiene el triste mérito de haber liderado el PSOE de los peores resultados de su historia. Pese a ello, Sánchez se atrevía aún a presentar una alternativa de gobierno con podemitas e independentistas tras perder una investidura en la pasada legislatura. Sus errores han sido estratégicos, no ha sabido amortiguar el avance de Podemos, y tampoco ha sido capaz de ser una alternativa a un Rajoy cuestionado por sus recortes y por la corrupción. Un líder que no puede ganar al PP en su peor momento merece un análisis a fondo para estudiar todos sus errores.

El futuro. El tiempo corre en contra del PSOE porque a final de este mes de octubre o los socialistas se abstienen o se celebrarán nuevas elecciones. Ese puede ser el gran problema para el PSOE. Porque en las actuales circunstancias de desunión, de división interna, sin líder, resulta complicado imaginar que los socialistas puedan acudir a los comicios sin el riesgo de obtener otro fracaso estrepitoso. Sea lo que sea, el PSOE, por su historia, no merecía ayer lo que se vivió desde primeras horas de la mañana. Un esperpento total y absoluto.