Ante la denuncia del delegado del Patrimonio Diocesano de Eivissa, Francesc Torres Peters, acerca de que se había destruido el arco gótico de la puerta de acceso al futuro Museo Diocesano, los responsables de las obras, Xavier Pallejà y Salvador Roig, lo negaron ayer rotundamente ante los medios de comunicación de la isla. «No se ha tocado el arco gótico ni ningún elemento de las esculturas del capitel, como salta a la vista; y aunque estemos en una zona proclive a los milagros no puede haber cambiado tanto de un día para otro», ironizó Pallejà.

En el mismo sentido se pronunció el jueves la consellera de Cultura y presidenta de la Comisión de Patrimonio, Fanny Tur, que visitó las obras para comprobar personalmente si se había producido el deterioro denunciado. Por su parte, Salvador Roig explicó que «lo que se ha hecho es retocar el vano de la entrada para ajustar la puerta nueva, ya que como el museo estará climatizado, el cierre ha de ser estanco y necesita un marco, que se aferra, lógicamente, a la pared; eso ha sido todo».

Ambos arquitectos afirmaron que las obras han seguido el proyecto, «tal como estaba previsto: una intervención en edificaciones anexas a la catedral, la sacristía, lo que era la casa de la campanera y la capilla de la comunión, para destinarlo al museo diocesano». «Nuestro trabajo ya está acabado; sólo queda limpiar y poca cosa más». Lo que aún falta por conocer es el proyecto museológico y el museográfico, y las piezas que albergará.

Pallejà afirmó que no sabía a qué se debía la denuncia realizada en un medio de comunicación de la isla por parte de Torres Peters. «Lo único que sé es que ha puesto una denuncia ante la Comisión de Patrimonio, que incoará un expediente y determinará las responsabilidades, si las hubiere». «La obra ha estado parada seis meses; cuando hemos subido ahora para ver si lo del arco destruido era verdad, es cuando nos hemos dado cuenta de la gravedad que representaba las obras del alumbrado de la Catedral», concluyó.