«Las cuevas fueron utilizadas como santuarios en diversos puntos del Mediterráneo por la cultura fenicio púnica, pero son estructuras religiosas poco frecuentes en este mundo, sobre todo si se compara con las culturas coetáneas, como la ibérica, o anteriores, como la minoica». Esta fue una de las afirmaciones de Carlos Gómez Bellard, profesor de Arqueología en la Universitat de València, durante la última de las conferencias de las XIV Jornades de Arqueologia Fenício-Púnica que se han celebrado a lo largo de esta semana en la Extensió Universitària, organizadas por el Museu Arqueològic en colaboración con el Govern balear.

Entre los santuarios mencionados por Bellard a lo largo de su charla, titulada «Las cuevas santuario en la religión fenicio púnica», figuró el de es Cuieram, ubicado en Sant Vicent de sa Cala, junto a los de Ras il-Wardija (Malta), Grotta Regina (Sicilia) y Gorham's Cave (Gibraltar). Bellard, quien trabajó durante tres años a principios de los ochenta en el Museu Arqueològic d'Eivissa, señaló que «rara vez se han estudiado estos santuarios en su conjunto».

El conferenciante apuntó que, de los descubrimientos efectuados en los mismos, se puede deducir su función religiosa (ritos del agua, oraculares y tal vez prostitución sagrada, entre otras), pero que el eje que los une es el carácter de «santuarios marinos que revisten». Bellard diferenció de este modo los templos ubicados «en amplios puertos y ciudades» con las cuevas, aglutinadoras de «modestas manifestaciones populares y de las devociones de los marineros que afrontaban los peligros del Mediterráneo y del Atlántico».