Turistas hacen el ‘check in’ en un hotel de Ibiza. | Irene Arango

Las reservas en el sector hotelero balear de cara a los meses centrales de la temporada alta – julio y agosto – ya se sitúan en torno a un 15 % por encima del mismo periodo del año pasado.

La ocupación prevista con ese volumen de reservas ya cerrado a día de hoy es del 60 %, aunque ese porcentaje crecerá a buen seguro hasta cifras cercanas al 90 % de aquí a entonces, especialmente teniendo en cuenta el empuje que las reservas de último minuto están teniendo desde la recuperación de la actividad turística, una tendencia al alza desde la pandemia.

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Por lo que respecta a los precios, a pesar de que estos se han visto incrementados, no parece haber hecho mella en los planes de los turistas, que mantienen a Baleares entre los destinos preferidos en el Mediterráneo occidental. La subida de las tarifas estimada para la temporada alta de este año en comparación con el mismo periodo de 2023 rondaría el 5 %.

Un incremento que consolida y amplía el registrado el año pasado, que fue cuando se dio el verdadero salto: en torno a un 15 % de incremento medio en los precios hoteleros en Balears. Este proceso de escalada consuma un crecimiento de en torno al 25 % desde la prepandemia.

Por otro lado, el volumen de llegadas que se prevé para los meses señalados va a ahondar en los problemas de saturación que ya padece Baleares, que en el presente mes de mayo se situará por encima de los dos millones de visitantes. Según las estadísticas oficiales confirmadas, todos los meses hasta marzo ya se superaron las cifras de 2023 y se espera que la tendencia al alza se mantenga en los meses siguientes. Con todo, los problemas de saturación no son únicamente achacables al estallido turístico. Según los datos publicados por el INE esta semana, la población residente en Baleares se ha incrementado en 300.000 habitantes en las dos últimas décadas.