Pedro Mayol toma una curva durante la primera manga oficial de la jornada de ayer.

Pedro Mayol (Silver Car S2) se ha hecho mayor. El mallorquín se proclamó campeón de la XXIX Pujada a sa Cala de Sant Vicent, haciéndose así también con el título balear del grupo CM, por el que pugnaba junto a Lorenzo Rubí (Silver Car S2). Éste, que llegaba empatado a puntos con él a esta última cita del calendario autonómico, finalizó ayer segundo a apenas una décima de su rival en el recorrido ibicenco, que, según la organización (Automóvil Club de Ibiza y Formentera), reunió a 5.000 personas, aunque lo cierto es que no parecían tantos. Lo que está claro es que, desafortunadamente, no tuvo el tirón de otros años.

Tras la celebración de una manga de entrenamiento que comenzó a las 09,00 horas se llevaron las dos tandas oficiales. La primera fue la que acabó dilucidando el ganador del campeonato. No en vano, Mayol firmó un 2’12’’347 que no pudo mejorar después, mientras que Rubí cruzó la meta en 2’12’’454, registro que tampoco mejoró en la segunda manga.

En carrozados, Kike Perelló (Ford Fiesta Proto) protagonizó la sorpresa al hacerse con el triunfo en casa del ibicenco José Joaquín Fernández (Mitsubishi Evo), que ni recuerda cuándo fue la última vez que no se llevó la victoria en la Pujada a la Cala de Sant Vicent. El menorquín se ha proclamado también campeón de Balears. Perelló fue más rápido que Fernández en ambas tandas, si bien se hizo con el título merced a su segunda gran vuelta. En la primera, el menorquín completó los cuatro kilómetros del recorrido en 2’27’’324, mientras que el ibicenco lo hizo en 2’27’’700. En la última manga, JJ mejoró el tiempo de su rival al parar el crono en 2’27’’100, lo que le daba momentáneamente la victoria, pero Perelló reaccionó con un 2’26’’129.