Miguel Àngel Ortega, durante un tiempo muerto. | Marco Torres

La familia es lo primero y Miguel Àngel Ortega, técnico del Palacio de Congresos, llevará este precepto a su máxima expresión para decidir si continúa un año más al frente del banquillo del Palacio de Congresos. Club y técnico se habían citado en la tarde de ayer para cerrar la renovación. Sin embargo, el preparador catalán pidió a los rectores del club aplazarla a mañana para realizar una última consulta con su mujer, quien reside, junto a sus dos hijos, en Galicia.
Tres aspectos a tratar
Las conversaciones entre ambas partes se iniciaron hace semanas y se basaron en tres aspectos importantes para el preparador: el deportivo, el económico y el familiar. En lo que respecta al primero, Ortega quiere una plantilla potente y amplia para que no suceda lo mismo que este curso; disponer solo de siete u ocho jugadoras para entrenar y competir. En cuanto al tema monetario, la gran temporada del equipo hace que el caché de sus integrantes aumente. A Ortega no le faltarán 'novias', pero el club ha decidido hacer un esfuerzo por retener a uno de los principales artífices de la gran campaña del PDV. Todos estos aspectos están prácticamente cerrados.
Por último, el entrenador debía resolver asuntos personales para tener cerca a su mujer e hijos. Este es el asunto más delicado y el punto que ha querido volver a tratar una vez más.
Con todos los flecos atados, la continuidad del técnico será mañana una realidad, a priori. Una vez ate al preparador, el club comenzará el capítulo de renovaciones en la plantilla a lo largo de las próximas semanas con Thorburn y Rasmussen como máximas prioridades.

La virtud del silencio
Rubén J. Palomo
La renovación de Miguel Àngel Ortega será la mejor de las noticias para el Palacio de Congresos. El técnico catalán ha hecho una piedra preciosa con cuatro retales (perdón por la expresión) a base de trabajo y de implicación, valores que no sobraron el año del descenso. Pero su mejor cualidad ha sido hablar sobre la pista. Ortega no ha destacado por tener un verbo fácil, lanzar mensajes o 'llorar' en los medios. Un entrenador de filosofía espartana, que hace del silencio su mejor virtud.