Rafel Ruiz, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Eivissa. | Marco Torres

«Estamos ultimando el informe para desalojar al club de las oficinas, vestuarios y bar del estadio municipal de Can Misses, algo que se hará en breve, lo más seguro que la próxima semana, pero no les podemos impedir jugar en dichas instalaciones», afirmó Rafel Ruiz, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Eivissa. Los servicios jurídicos del consistorio han estado estudiando la posibilidad de desterrar al club del estadio municipal, tal y como anunció el 10 de marzo en rueda de prensa, aunque finalmente se ha desistido porque «es un tema complejo y que requeriría mucho tiempo».
La intención del Ayuntamiento era castigar al equipo de Regional pero sin perjudicar a las categorías inferiores, algo que resulta imposible. «La cesión del estadio es un convenio anual que se traslada a la Federación y que no especifica por categorías. Eso quiere decir que, puesto que nuestro objetivo no es echar del campo al fútbol base de la UD Ibiza, sólo al equipo Regional, es un tema muy complicado de hacer. De todas formas, como ese equipo se encuentra en un estado terminal, lo mejor es dejar que muera por si solo. Eso sí, lo que haremos seguro es quitarles la oficina, los vestuarios y el bar», comentó Ruiz.

Juveniles y Stina
Por otra parte, el concejal añadió que no tiene noticias de Antonio Stina y aplaude la decisión de los juveniles de no jugar más con el primer equipo. «Algunos de esos jugadores juveniles son ex alumnos míos y personalmente no me hace mucha gracia lo que están haciendo con ellos. Es todo un poco surrealista y no sé qué es lo que pretende el director deportivo, Ibon Begoña, convocando a estos chicos para salir goleados y hacer el ridículo partido tras partido. Por eso me parece muy bien que hayan decidido que lo importante es centrarse en su competición y buscar el ascenso a División de Honor y que no quieran jugar con el Regional», señaló.
En cuanto a Stina, Ruiz dijo que «no estoy cerrado en banda a hablar con él para intentar solucionar los problemas. Pero, para eso, tiene que volver de Italia y, como todo el mundo, pedir una cita. No he vuelto a saber nada de él desde hace un tiempo y no me vale que diga que, si nosotros queremos, vendrá a hablar. Primero que venga y, después, ya veremos».