Vestidos imposibles, tacones de infarto y maquillaje multicolor son las señas de identidad de los bailarines y animadores de las fiestas ibicencas. Para llegar a eso se requieren varias horas de preparación y, previamente, mucho trabajo de organización para que todo esté a punto. Primero, para lucirse en el pasacalles que recorre el puerto y, luego, para darlo todo en la fiesta. Este es el caso del equipo de la fiesta Café Olé, en Space, que este sábado celebra la fiesta de despedida hasta el verano que viene.
Durante todo la temporada, el equipo se ha esforzado por ofrecer algo diferente, lejos del concepto clásico de gogó. «Lo que nos diferencia es la innovación, la diversión, la provocación. Para montar los shows de Café Olé hay una coordinación muy importante. Traemos cada sábado a una artista distinta. Por aquí han venido desde Carmen Xtravaganza, Amanda Lepore, que es la imagen de la fiesta, o Rossy de Palma, entre otras. Conforme a ese tipo de artistas creamos todo el vestuario», explica Cocó, asistente de Bernardo Torres, responsable de la animación de Café Olé. «Por ejemplo, cada pase se divide en grupos y uno de ellos es el de las 'Circas', que son chicos que se visten de mujer dejando sus formas o aspectos masculinos. Se crea todo diferente a la clásica gogó, muy mona. Vamos un poco más allá, riéndonos, incluso, de la propia imagen de la gogó», añade Cocó. En cuanto al vestuario, en el que abunda el strass, las máscaras y tocados «se busca la expresión máxima de la provocación y de la belleza», comenta Cocó. Quién tiene claro el concepto es Carlos Aparicio, productor de la fiesta. «Huimos de los vulgar buscando la elegancia y el glamour. No nos interesan los clichés, sino que intentamos decir las cosas con sutilidad. Hay más morbo en la imaginación, por eso se insinúa más que se muestra», explica Aparicio.
Además, en esta fiesta se consigue encajar a 'personajes' relevantes del mundo de la noche. «Se eligen personas de Valencia, Madrid o Barcelona que tengan una trayectoria. Por ejemplo, contamos con Camila, cantante en París y, también, con Arsénico, que lleva la dirección artística de Stardust en Madrid», explica Bernardo Torres.
Para conseguir su propia identidad, el trabajo que desarrolla el equipo responsable de la animación se lleva a cabo durante las horas previas a las fiestas. Incluso durante el día.
Los sábados por la tarde, a partir de las ocho, los camerinos de Space empiezan a llenarse. Primero maquillaje, después peluquería y por último, el vestuario. Aunque parece un proceso rápido, lo cierto es que se tardan varias horas. Carreras, prisas y algún imprevisto de último momento. «Venga chicas. En una hora tenemos que estar listos», comenta Cocó, alzando un poco la voz. Una vez que todos están listos, llega el turno de hacer que la gente lo pase bien. Este sábado por última vez.