Todavía sin la imagen del Cristo de la Agonía, los primeros 20 costaleros de Eivissa hicieron el recorrido que harán en la procesión.

Los lunes, miércoles y viernes a partir de las ocho y media de la noche, el salón parroquial de la iglesia de Santa Creu es un hervidero de cofrades que se dan cita, desde hace un mes, para ensayar y preparar las procesiones de Semana Santa. Aún queda tiempo, pero los primeros costaleros de Eivissa necesitan practicar y cuanto más, mejor.
«Primero, hay que buscar el sitio de cada costalero, porque hay diferentes alturas, y luego hay que ensayar el paso que varía en función del ritmo de la música», comenta Vicente Aguayo, mientras los coloca dentro del paso. Él es el guía de los costaleros debido a su experiencia, ya que lo ha sido durante 10 años en Jaen, y también es el que les ayuda durante su preparación. Este año, por primera vez, esta cofradía tendrá un paso nuevo llevado por costaleros. «Hasta ahora era llevado con barras por fuera del paso, ahora los costaleros van dentro», comenta.
Los ensayos, que en poco tiempo incluirán la imagen del Cristo de la Agonía, se están haciendo por la calle. Desde el salón parroquial simulan el mismo recorrido que harán los días de las procesiones; El Domingo de Ramos, el próximo 28 de marzo, y el Viernes Santo, con salida desde la Catedral.
En total son 20 los cofrades que tienen la importante misión de llevar la imagen y no cometer ningún error que pudiera hacer peligrar el paso. Otros cuatro costaleros los acompañan a modo de relevos para hacer algún cambio durante las procesiones de Semana Santa, en las que sacan a la Virgen de la Esperanza y al Cristo de la Agonía.
Juan Marchena, capataz de la cofradía, les da instrucciones con voz firme. «Silencio dentro del paso», dice, mientras ellos arrastran los pies, señal de que el ritmo es el correcto. Paso a paso, los 20 costaleros recorrieron ayer las calles que van desde la iglesia hasta el antiguo colegio de Sa Graduada, donde, con la marcha procesional en un radiocasete, practican sin que nadie les moleste.
Ayer, hubo aplausos cuando consiguieron sacar el paso, todavía sin imagen, del salón parroquial.