La Sala Capitular del Ayuntamiento de Vila acogerá hasta junio la muestra que cuenta entre sus piezas con obras de Broner, Lovett, Pistolo, Waske e, incluso, un Tàpies. | Irene G.Ruiz

Hasta el próximo mes de junio estará abierta al público en la Sala Capitular del Ayuntamiento de Vila la nueva exposición del Museu d'Art Contemporani d'Eivissa (MACE), Slow, camins per damunt paper, presentada ayer por la concejala de Cultura del Ayuntamiento ibicenco, Sandra Mayans, y la directora del MACE, Elena Ruiz. Muestra que reúne 33 obras de 14 artistas procedentes de las colecciones de este museo (actualmente en obras por ampliación), cuyo principal punto de encuentro es el de haber sido realizadas sobre papel.
Respecto al título, Elena Ruiz explicó ayer que slow «es casi un movimiento que empieza a imponerse en el mundo civilizado frente al fast, esa rapidez que nos atropella en tantas cosas de la vida. El arte precisa de tiempo para entenderlo, porque es una labor intelectual y sensible», precisó la responsable del museo, añadiendo: «También es una metáfora, pues las obras son ellas mismas lentas y piden un tiempo para ser entendidas; así como un guiño que lanzamos al público para que venga a verlas con calma».
«Líneas de fuerza»
La obras reunidas en la muestra Slow «han sido fruto de una larga investigación estudiando los fondos y mirando qué líneas de fuerza marcan la colección que ya existía». Obras que proceden de la Bienal Ibizagràfic, de adquisiciones del propio museo y de la donación que realizó al museo el galerista y coleccionista de arte Carl van der Voort; firmadas por Broner, Corneille, Gordillo, Hinterreiter, Kunkel, Lovett, Pistolo, Sandroni, Sevilla, Sosa, Tàpies, Vedova y Waske.
Un conjunto de creaciones en el que se dan cita caminos muy diversos desde el punto de vista técnico: serigrafías, aguafuertes, litografías, fotolitos off-set, dibujos, gouache... «Con lo que también es una invitación a una visita didáctica en la que espectador puede reconocer una serie de técnicas tan variadas sobre papel, un material tan frágil y tan fuerte a la vez, pues en papel están escritas las cosas más antiguas», señaló la directora del MACE.
En cuanto a las tendencias, van del realismo poético al informalismo pasando por el op-art, el expresionismo, surrealismo o arte geométrico.
Convivencia y diálogo
Los criterios seguidos para seleccionar las tendencias y obras que conforman Slow se han buscado «en función de algo que nos encanta, siempre la excelencia. Ahí también está el gusto del que escoge, que es una prerrogativa nuestra. Sacar cosas muy interesantes y ponerlas en comunicación con otras que, en principio, no tengan nada que ver entre sí, salvo el estar hechas sobre papel», consideró Elena Ruiz.
Trabajos dispares que, sin embargo, «conviven y se prestan unos a otros algo de concordia y sintonía. Es decir, el arte en sus múltiples tendencias puede convivir en una misma propuesta, aunque sea muy distinto. Y eso me parece muy democrático, algo a lo que hay que apelar en estos tiempos, para que voces muy distintas se puedan poner de acuerdo», subrayó Ruiz Sastre.
Preguntada por este periódico si, entonces, la colectiva Slow podría entenderse también como una metáfora para invitar a los políticos a que dialoguen más, la directora del MACE, afirmó: «No estaba en mi cabeza, pero también, sí. Porque la política -no hablo de la local- está demostrando que está cayendo en las cosas más bajas», aseguró.
Elena Ruiz Sastre también ironizó ante la pregunta de si la exposición Slow estaba concebida pensando más bien en los jubilados del Imserso: «Ellos ya tienen ganado el slow. A lo mejor es más una propuesta para los que todavía están más bien en el fast fligh, el corre que te corre».