El letrado, Jaime Campaner, habla con el acusado en un momento del juicio. | Alejandro Sepúlveda

«Siento mucho que Toni haya muerto. Yo estaba en el lugar equivocado con la persona equivocada. Luché por mi vida, no tuve otra elección». Daniel Alfred Cassella se disculpó ayer en su turno de última palabra por la muerte de Tino Briner en Santa Eulalia en 2008 durante una pelea. El acusado cerró la sesión de ayer del juicio y aguarda a que un jurado popular decida si mató a su ex compañero de piso de forma intencionada o para defenderse de un ataque. La discusión tras el juicio queda limitada a este aspecto, después de los informes de la fiscal, Bárbara Moreno y del letrado defensor, Jaime Campaner.

La acusación ha modificado en sus conclusiones finales parte de su relato. El cambio se reduce al que acepta que Tino Briener, de nacionalidad suiza, llevaba un puñal de grandes dimensiones en la mano cuando perdió la vida. Según sostuvo la fiscal, fue el acusado quien atacó esa noche a Tino en la vivienda de éste, después de una noche de fiesta y de haber mantenido relaciones. La víctima agarró el arma para defenderse del ataque del procesado, quien era visiblemente más corpulento que el fallecio.

Daniel entonces, y gracias a que Tino estaba «aterrado y temblando» ante la actitud violenta del enjuiciado, le quitó el cuchillo con facilidad, lo tiró al suelo, le golpeó en la cabeza varias veces y finalmente lo mató clavándole las rodillas en el pecho. Todo eso lo hizo, ha afirmado la fiscal, con la intención de matar al hombre, algo que ha sostenido en que permaneció en la casa los 20 minutos que duró la agonía de Tino sin llamar a la ambulancia, tras lo que se duchó. Tres horas más tarde, ha recordado, acudió a pedir ayuda a un familiar.

La fiscal insistió en que en su versión ante la policía, Daniel afirmó que cuando llegó a la casa se encontró a su amigo muerto, mientras que en el juicio ha reconocido haber discutido con él y haberle golpeado. «Ha tardado tres años en decir lo que pasó», afirmó. La fiscal reconoce que desconoce el móvil del asesinato, aunque aventuró que quizás «la clave sea el sexo», en el sentido de que al acusado le «atormentaba» mantener relaciones con un hombre.

El abogado del acusado pidió la absolución de su defendido y alegó que el relato de la fiscal es «inverosímil, deficitario y no puede ser probado». Según Campaner, Casella «actuó como pudo para salvar su vida» e incidió en el carácter violento de la víctima. También recordó las contradicciones de varios testigos y el hecho de que la fiscal no había cuestionado durante su interrogatorio el cambio de versión del acusado.

El jurado decide el destino de Casella

El jurado popular se retiró ayer a deliberar antes del mediodía, después de recibir las instrucciones del magistrado que preside el juicio, Eduardo Calderón. El objeto de veredicto que tienen que responder incluye las dos calificaciones de la acusación y de la defensa: homicidio doloso o en defensa propia. La diferencia entre las dos calificaciones es, bien la absolución, bien una condena de doce años y medio de prisión. Se espera que el jurado tenga listo hoy su veredicto.