José Amengual es el encargado de hacer las sardinas en las parrillas cada noche. | NATALIA SALAZAR

Desde hace siete años, para turistas y residentes las sardinadas que organiza el acuario de Cap Blanc son un plan ideal para una noche de verano. Con vistas a la bahía, los comensales van tomando asiento en el primer turno, sobre las nueve de la noche, en el bar del acuario. Mientras, con algo más de viento de lo habitual, José Amengual se esfuerza por tener las brasas encendidas y las parrillas a punto para la tanda de sardinas de esta noche. «Son unos 50 kilos de sardinas como para unas 120 personas», explica mientras las coloca en la parrilla. «Ahora está tranquilo pero en cuestión de minutos todo el mundo pide a la vez», comenta mientras las sazona. Además de las sardinas la cena incluye ensalada payesa por un precio fijo. «Hemos comido hasta que no podíamos más. El sitio nos lo ha recomendado Beatriz, que ya lo conocía», explica María, gallega que ha venido de vacaciones junto a Camilo. Ellos son unos de los comensales de la noche. Además de la cena, antes o después de comer, se puede visitar de manera gratuita el acuario. Allí, Iván, Àlvaro y Àlex depositaban unos ejemplares de esparralls en una de las peceras. «Los hemos pescado y también pulpos y barracudas», comentaban mientras los mostraban.
La idea de ofrecer sardinas se le ocurrió al gerente del acuario, Miquel Tur. «El turismo había cambiado y era todo incluido. Pensé en hacer algo que nadie más hiciera en Sant Antoni. Ahora la gente llama incluso de fuera para hacer la reserva. Este fin de semana habré dicho que no a cerca de 200 personas», explica Tur. Gracias a las noches de sardinada el acuario financia el mantenimiento y las reparaciones que tienen las instalaciones. «La verdad es que gracias a las sardinas se conoce más el acuario. Esto ha financiado, por ejemplo, todo el cambio del sistema eléctrico», añade Tur. El próximo fin de semana vuelve a haber barra libre de sardinas.