«La gente no comprende los sacrificios que supone llevar este tipo de vida», comenta Carl Cox al otro lado del teléfono. Cox, nacido en Manchester en 1962, lleva dos décadas en las listas de mejor dj del mundo. Su nombre estará eternamente ligado al de la música house y techno. También a Eivissa, donde pincha cada verano, una isla que ha visto cambiar año tras año y de la que reivindica su tradición clubber.

-Después de más de 20 años de carrera, ¿qué siente cuando se pone detrás de los platos cada noche?
-Me siento realmente feliz en la cabina, honrado y bendecido porque después de todo este tiempo puedo seguir ofreciéndole a la gente mi mejor música y mi mejor energía.

-¿Qué significa para usted ser DJ?
-Para mí es algo muy importante. Me ha dado la oportunidad de recorrer el mundo con la maleta de discos a cuestas, conocer gente, visitar lugares increíbles. También ha supuesto sacrificios. A veces no es sencillo encontrar un equilibrio entre ser dj y estar con la gente a la que quieres, pero esto es lo que soy y siempre he querido ser.

-Es un clásico de los veranos en Eivissa. ¿Cómo ha cambiado la isla desde su primera visita?
-Ha cambiado muchísimo. Ahora hay una mayor infraestructura de la que había cuando vine por primera vez en 1994. Hay mejores carreteras, ¡hay taxis! Antes era imposible encontrar un taxi. San Antonio es un lugar mucho mejor de lo que era. Los restaurantes, los clubs, todo ha evolucionado.

-Algunos pueden pensar que se ha perdido algo en el camino.
-Entiendo ese sentimiento, pero a la vez todavía pervive en la isla esa herencia de los 60. Puedes tener ambas cosas, en realidad. Puedes ver a los mejores dj del mundo pinchando en clubes del siglo XXI y al día siguiente ir a nadar a la playa o dar un paseo por Vila y comer en un buen restaurante. Esta combinación de cosas es lo que trae a la gente a Eivissa y lo que mantiene la isla viva. No hay ningún lugar en el mundo que pueda ofrecer lo mismo.

-Este año su residencia lleva por título 'La revolución continúa'. ¿Qué significa?
-El verano pasado quisimos que la gente se sumara a nuestra revolución. Algunos consideraban que se había acabado la música, que Eivissa estaba acabada, que ya no había escena ni cultura de club en la isla, algo que yo no pensaba. Invitamos a un montón de dj amigos a pinchar aquí para demostrar que no era cierto. Eran mis tropas. Esa era la revolución: proteger nuestra cultura, la música que queremos. Si sigo pinchando esta música es porque sigo creyendo en ella.

-¿Y hacia dónde cree que va la música de baile?
-Nunca morirá. Sigue evolucionando. Siempre hay nuevos productores que crean música nueva a partir de lo que ya existe. Mientras haya gente acudiendo a los clubs y productores creando y generando nuevas ideas, esto seguirá vivo.