La cantante durante su actuación en el aniversario de Pacha | GABI VÀZQUEZ

Ella tenía claro que quería ser cantante, pero sus padres se empeñaron en que estudiara Traducción en la Universidadde la Sorbona de París. Aprovechó su paso por los estudios superiores para aprender inglés, italiano y español, idiomas con los que ha recorrido países como Japón, Argentina o parte del continente africano para transmitir con su jazz esa sensibilidad que le caracteriza y con la que consigue emocionar a su público.

Yasmine Issola pasa su primera temporada en Eivissa para conectar a nivel emocional con quien vaya a verla a sus espectáculos en los que están presentes la poesía, el cine y, sobre todo, el alma del jazz, soul y gospel. «He actuado en el aniversario de Pacha y también en la inauguración de Pacha Mallorca. También he estado en Aztaró y Madrigal», asegura esta francesa. En la actualidad prepara dos espectáculos con Casa Colonial: Mon cinéma, con el que repasa visualmente las escenas más míticas de la historia del cine, y Magic Garden, que evoca la sencillez de la naturaleza. «Además me encantan los caballos, por lo que estoy preparando un espectáculo en el que incluirlos. También tengo fechas para actuar en el hotel Fenicia y en el Aguas de Ibiza», puntualiza.

-¿Siempre tuvo claro que quería ser cantante?

-Sí, desde que tenía cuatro años. Además de ser mi profesión, ser cantante ha sido un deseo interior muy fuerte, de crear espectáculo, de hacer de tu vida una creación. Y esa sensación todavía hoy me acompaña. Me llaman el oiseau migratoire (pájaro migratorio) porque soy inquieta. A través de todos los escenarios que he pisado [ha actuado en sitios tan exclusivos como la parte privada del hotel Ritz y en lugares más sencillos, como Burkina Faso] he tenido encuentros maravillosos con gente muy creativa, humanamente fantástica. Con los años he aprendido que la música, además de ser mi profesión y mi pasión, es una herramienta para curar almas heridas. El canto, sin duda, es una experiencia de vida.

-¿Se ha atrevido con otros estilos musicales?

-Mi padre siempre había escuchado en casa jazz, gospel y soul y sin darme cuenta me nutrí de estos estilos musicales. El gospel me ha conectado con una dimensión mía muy fantástica con la que intento abrir a la gente a un espacio interior para que conecten con ellos mismos.

-¿Cómo afronta su primer verano en Eivissa?

-Vivo la isla como un sitio abierto al mundo, no como un lugar aislado. Pienso que en esta isla todo puede ocurrir; tiene una energía muy especial. Apuesto por la música en directo y que haya más actuaciones de este tipo en la isla.

-Uno de sus puntos más atractivos es el espacio de intimidad que crea en sus espectáculos

-La gente queda impactada por mis emociones. Quiero transmitir mis emociones al público y creo que lo consigo.