Imagen de archivo del homenaje a Guillem de Montgrí el día 8 de agosto. En la esquina a la derecha y en segunda fila, Joan Ribas de Guanyem.

Este viernes se celebró, como cada 12 de octubre, el Día de la Fiesta Nacional. No hubo celebración oficial alguna, ni podía haberla, debido al luto decretado por el Govern con motivo de la riada en el Llevant de Mallorca, la catástrofe natural de mayor envergadura y más luctuosa a que se haya enfrentado nuestra Comunidad Autónoma en los últimos años. Es por ello quePeriódico de Ibiza y Formentera ha decidido donar 50 céntimos de cada ejemplar vendido hoy a los damnificados de la trágica inundación, conjuntamente con las cabeceras impresas Última Hora y Menorca de Grup Serra.

Con motivo del 12 de octubre, el PP propuso que la ciudadanía colgase la bandera española en sus balcones. No hemos visto muchas banderas en los balcones de Ibiza y Formentera, la verdad, por lo que la campaña de los ‘populares’ no ha tenido éxito en las Pitiusas.

Podem Eivissa este año se abstuvo de sus habituales apelaciones en contra de la celebración del Día de la Hispanidad, debido seguramente a que están absortos explicando el acuerdo alcanzado con el PSOE de Pedro Sánchez para aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2019. Aunque mucho me temo que de poco servirá porque se necesitan los votos de PDeCAT y ERC, votos con los que solo se podrá contar si se hacen concesiones que no dependen en modo alguno del Gobierno ni del Congreso de los Diputados en relación al juicio por rebelión, sedición, desobediencia y malversación contra los políticos catalanes impulsores del Procés.

Guanyem

Guanyem Eivissa, formación que junto a Podem gobierna en el Consell d’Eivissa, lanzó un tuit proclamando: «#DiaDelsPoblesAmerindis No hay nada que celebrar, el 12 de octubre de 1492 comenzó uno de los genocidios más grandes de la historia. Millones de indígenas fueron exterminados con el ‘descubrimiento’ de América que no fue tal y millones siguen padeciendo las consecuencias a día de hoy».

La incoherencia es máxima porque esta formación celebra -con gran acierto, naturalmente- la fiesta del 8 de agosto, cuando se conmemora la conquista en el año 1235 de Vila y el Castillo de Ibiza por las tropas de la Corona de Aragón comandadas por Guillem de Montgrí. Máxime si tenemos en cuenta, a decir de los historiadores, que los cristianos trajeron a Ibiza tiempos mucho menos felices y prósperos de los que gozó la Ibiza árabe.

Debe ser que las tropas del arzobispo de Tarragona vinieron armadas de serpentinas de colores y no hicieron daño a los pobres indígenas pitiusos, a quienes arrebataron la isla y sus pertenencias entre cantos festivos y con gran respeto por los musulmanes, sin infligirles mal alguno.

En este caso, a decir de Guanyem Eivissa, no hubo genocidio ni exterminio en ningún caso. No debió haber ni guerra. De hecho, el teniente de alcalde de Vila, Joan Ribas, consideró en Twitter que la conquista «puso fin a la subordinación de Ibiza a Al Andalus». Vamos, ¡que fue una guerra de liberación! O quizás sea que su odio a España les hace detestar en los españoles los mismos comportamientos que protagonizaron los catalano-aragoneses dos siglos y medio antes. Y eso sin mencionar lo ridículo que resulta juzgar con ojos de ahora hechos y circunstancias propios del siglo XV.

Cambien de ‘community manager’

El responsable de Twitter de Guanyem Eivissa (que lleva unos días muy poco acertado, como cuando dijo que no quería hacer política con la tragedia de Mallorca y sin embargo la hizo aludiendo a que «en Ibiza aún hay gente que quiere seguir construyendo sin control» y al rato tuvo que pedir disculpas por si alguien se había sentido ofendido por aquel comentario), ante mis tuits cargados de ironía, no es capaz de diferenciar mis comentarios a título particular de la línea editorial y el trabajo periodístico que se hace en la redacción de este periódico. Y me lanza ciertas preguntas que paso a responder.

No sé si es habitual que el director de un periódico cuestione públicamente el posicionamiento ideológico de un partido político, cosa que yo no he hecho en ningún caso y eso que reconozco no ser un director de periódico habitual. Yo ironizo sobre los tuits lanzados desde la cuenta de un partido político, lo cual es muy democrático y a nadie debería herir si no tuviera un evidente ánimo liberticida y un claro propósito de cercenar mi libertad de expresión.

En ningún caso cuestiono los posicionamientos ideológicos de Guanyem, que me parecen estupendos y algunos de los cuales personalmente comparto, ni en ningún caso hago burla de los votantes de Guanyem Eivissa, ya que me merecen el mayor de los respetos.

Sin embargo, considero mi derecho, en el ejercicio de mi libertad de expresión, poner de relieve comentarios desafortunados como el de la tragedia en Sant Llorenç -debía serlo ya que luego se disculparon- y también lo que yo considero una incoherencia, como celebrar la conquista del 8 de agosto de 1235 y calificar de genocidio el 12 de octubre de 1492.

Asumir la crítica. Sostiene el responsable de la cuenta de Twitter de Guanyem Eivissa que mis comentarios en mi cuenta particular suponen un posicionamiento público contra esta formación política y, por tanto, que los votantes de Guanyem no son merecedores de mi respeto como director de Periódico de Ibiza y Formentera.

Yo sé perfectamente la diferencia entre mi Twitter personal y el del medio que me honro en dirigir, cosa que evidentemente no sucede en la persona que gestiona las redes sociales de Guanyem, incapaz de diferenciar entre él mismo y el partido al que representa y aún menos entre él mismo y sus miles de votantes.

Yo no me posiciono en contra de un partido como Guanyem, sino que censuro - echando mano de la ironía- picotazos lanzados en Twitter. Nada más. Y, desde luego, si me anima a responder a sus acusaciones con el pesado argumento de que la ciudadanía ibicenca, los partidos políticos, los anunciantes, los lectores y los miles de votantes de Guanyem, deben conocer la respuesta a sus preguntas, no se comprende que luego intente parar la publicación de esta página por medios que de conocerse, obligarían a Joan Ribas a abandonar la política por el ataque que suponen a la libertad de prensa, la libertad de expresión y a los fundamentos del sistema democrático que él dice defender pero que socava al intentar amordazar a un periodista.

Feliz domingo.