La aparición de morenas muertas en Formentera se une a la cincuentena de ejemplares localizados en varias playas de Ibiza.

Los servicios de Medi Ambient se encontraron ayer en Formentera una morena muerta en la playa de ses Illetes. Los socorristas encontraron otra en Cala Saona y en es Caló de s’Alga. Además, el 13 de agosto se localizaron cuatro morenas muertas en es Caló de s’Oli. La aparición de morenas muertas en Formentera se une a la cincuentena de ejemplares localizados en varias playas de Ibiza.
Sin ir más lejos, un bañista encontró ayer el cadáver de un ejemplar muerto en una playa de menor de las Pitiusas, aparentemente sin signos de ser pescados ni con agresiones externas.
Los expertos y las autoridades se han puesto manos a la obra para tratar de aclarar el origen de este repunte de la mortandad. La morena es una especie bastante común en amplias zonas del Mediterráneo. Su hábitat se encuentra principalmente en zonas de lecho marino rocoso, y pueden alcanzar más de un metro de longitud.
Prefieren vivir en soledad, en profundidades de hasta 80 metros, y su mordedura puede ser peligrosa para los humanos.
La aparición de estas morenas muertas ha despertado un notable debate en Ibiza. Tanto el Consell como el Ayuntamiento de Vila se han implicado en intentar saber la causa de estas muertes y también se ha movilizado el Centro de Recuperación de Especies Marinas (CREM).
Asimismo, las autoridades han pedido que si algún bañista vislumbra alguna morena muerta llamen al 112 para avisar de la incidencia, desde donde inmediatamente «se activa el protocolo de actuación».