La parte final de la calle Pollença se ha convertido en un auténtico vertedero de escombros incontrolado. | DANIEL ESPINOSA

El desarrollo del Plan Parcial de Cala Vedella, aprobado definitivamente en diciembre de 1973, ha convertido esta zona en un batiburrillo urbanístico con el que cada corporación del Ayuntamiento de Sant Josep tiene que lidiar.

Ya entonces, se dejó en manos privadas la urbanización de Cala Vedella, concretamente a la empresa Urbanizadora Mediterránea S.A. (UMSA). Casi medio siglo después, las calles, las pocas aceras existentes, la falta de alumbrado y otras infraestructuras como la depuradora, aún no han sido recepcionadas por el Ayuntamiento de Sant Josep, por lo que su mantenimiento corre a cargo de la empresa urbanizadora.

El paso por el Ayuntamiento de Antonio Huerta Briz, arquitecto municipal entre 1996 y 2006, acabó de empeorar las cosas en esta zona del litoral josepí. El funcionario, fallecido en enero de 2016, se sacó de la manga una figura urbanística desconocido hasta el momento, los estudios–taller, con los que se conseguía un mayor número de viviendas ya que un local comercial computa menos ocupación. Un ejemplo de esto es la promoción ‘Vadella 64’, que ahora mismo se comercializa como viviendas de lujo pese a que la licencia se concedió para 64 estudios de uso comercial y 38 locales-taller.

Suspensión del planeamiento

Cuando saltó el escándalo de ‘Vadella 64’, el Ayuntamiento de Sant Josep hizo un llamamiento al Consell d’Eivissa para que suspendiera el planeamiento urbanístico de Cala Vedella y poner en orden la zona. «Cala Vedella el paradigma de lo que no se debe hacer en urbanismo. Hay que coger el toro por los cuernos. Lo sabemos todos desde hace tiempo. Es una bomba y la situación es insostenible», afirmó entonces el concejal de Urbanisme josepí, Ángel Luis Guerrero.

Sin embargo, la institución insular no está por la labor y se deberá buscar otra fórmula, si es que existe, para reordenar esta emblemática zona turística.

Mientras, y pese a la construcción de nuevas viviendas de lujo, la degradación de la zona resulta cada día más evidente y como muestra los restos de escombros acumulados al final de la calle Pollença, un área totalmente abandonada.

La falta de aparcamiento es otra de las quejas recurrentes de los vecinos. Pero no es de extrañar si en los lugares previstos en el Plan Parcial para habilitar zonas de estacionamiento acaban levantándose promociones como la de ‘Los balcones de Cala Vadella’, otro de los proyectos a los que se le dio luz verde durante la época de Huerta en Sant Josep y que está pendiente de juicio.

La depuradora de Cala Vedella, que también gestiona UMSA, si bien el viernes el Ayuntamiento anunció que se hará cargo de la gestión de esta instalación tras la reunión que una veintena de vecinos mantuvieron con el teniente de alcalde de Urbanismo, Angel Luís Guerrero, y la concejala de Medi ambient, Neus Marí. está previsto que se reforme y se amplíe durante este invierno para que de cara a la próxima temporada turística no se repitan los malos olores que sufren los vecinos.

No obstante, lo que difícilmente se solucionará a corto plazo es la construcción de aceras que permitan a los habitantes de las zonas altas de Cala Vedella bajar hasta la playa sin tener que ir por en medio de la calzada y esquivando vehículos y baches a partes iguales.