Alrededor de 150 personas asistieron ayer al ‘sopar groc’ en beneficio de la Associació Catalana pels Drets Civils, una entidad creada por las familias de los exiliados y políticos presos catalanes.

La intervención central del acto corrió a cargo de Jordi Matas Dalmases, doctor y catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Universitat de Barcelona, que envió un mensaje de «solidaridad hacia los presos políticos y exiliados, de denuncia de la democracia en España y para seguir luchando por la libertad y el derecho a decidir».

Matas aseguró que la solución al conflicto catalán pasa por la celebración de un referéndum de autodeterminación pactado con el Gobierno y calificó de «impresionante» la asistencia a este ‘sopar groc’: «No me esperaba que hubiera tanta gente. Fui presidente de la Sindicatura electoral de Catalaluña el 1 de octubre y no he visto muchos actos tan bien organizados como el de esta noche». Además, Matas señaló «no ser demasiado optimista» con el cambio de Gobierno en España: «Puede haber un cambio en las maneras pero en el fondo no creo que haya muchos cambios. Tendremos que demostrar otra vez que la voluntad del pueblo de Cataluña es resolver este conflicto votando y que para hacer un referéndum no hace falta ir a la cárcel».

Además de Matas, estaba previsto que también intervinieran el vicepresidente del Parlament de Cataluña, Josep Costa, la consellera balear de Cultura, Fanny Tur, y el cantante Gerard Quintana. Uno de los puntos fuertes de la noche fue la emisión de unos mensajes grabados por parte de los exconsellers Meritxell Serret y Lluís Puig, que ahora se encuentran en el exilio en Bélgica, y del expresidente Carles Puigdemont.

Insultos

Algunos de los participantes del ‘sopar groc’ fueron increpados a la entrada al restaurante Cruce por una decena de individuos ataviados con banderas españolas en la terraza del bar situado al otro lado de la carretera, uno de ellos escondido detrás de una máscara de Donald Trump.

«¡Cataluña, es España», «¡Traidores!», «¡Esta bandera no se toca!», «Independentistas, ¡subnormales!» o «Carles Puigdemont, ¡al paredón!» fueron algunas de las consignas que lanzaron a los asistentes a la cena.

La propiedad del restaurante donde se celebró el ‘sopar groc’ contrató seguridad privada para evitar que se produjeran incidentes de ningún tipo.