Cerca de 200 taxistas cerraron ayer la Avenida de España durante el parón de tres horas. | Marcelo Sastre

La Federación Insular del Taxi de Ibiza (Fitie) y todas las asociaciones mayoritarias de la isla de Ibiza realizaron ayer por la mañana un paro parcial de servicio de 09.00 horas a 12.00 horas en apoyo a la convocatoria nacional de huelga en defensa del sector y en contra del incremento de los vehículos de alquiler con conductor (VTC), entre ellas Uber y Cabify, que califican de «competencia desleal», debido a que no pagan los mismos impuestos y ni el coste de sus licencias es el mismo que tienen que afrontar los profesionales del taxi. Así, unos 200 taxis, según estimaciones de la Federación Insular del Taxi confirmadas por la Policía Nacional, iniciaron su recorrido por la ciudad desde el parquin de Can Misses cerrando al tráfico calles como la Avenida de España, donde realizaron una pitada simbólica frente a la sede del Consell d’Eivissa. De ahí siguieron su ruta por Ignacio Wallis para finalmente volver al parquin de Can Misses. Durante las tres horas de paro se establecieron servicios mínimos para viajes a hospitales o centros sanitarios y al puerto y aeropuerto para determinados usuarios, entre ellos personas con movilidad reducida, mayores y familias con niños menores de 12 años. Según explicaron algunos taxistas, este paro fue aprovechado por algunos taxis ‘pirata’, que no pararon de descargar clientes en la zona de Platja d’en Bossa.

Aeropuerto

Este parón de los taxistas hasta el mediodía de la jornada de ayer afectó especialmente a los viajeros que aterrizaron ayer en el aeropuerto de Ibiza y que, al encontrarse con la huelga, tuvieron que optar por el autobús excepto aquellos que habían alquilado un coche para desplazarse por la isla. Mario, por ejemplo, ha venido de visita desde Andújar, un pequeño pueblo de Jaén, aunque pasando por el aeropuerto Madrid-Barajas. A raíz de la huelga, Mario no pudo coger el taxi con su pareja como tenía previsto, pero ello no le impidió posicionarse favor. «Todo el mundo está en su derecho a hacer una huelga y a manifestarse. Sí que es verdad que puede perjudicar a gente pero entiendo la postura de los taxistas debido a la aparición de plataformas como Uber o Cabify. Lo que no comparto es la violencia de los últimos días con vehículos destrozados y conductores de VTC agredidos, pero la protesta pacífica la comparto», explicó sentado en la salida del aeropuerto, mientras esperaba ser recogido por unos amigos. Marta viene de Barcelona, el epicentro del conflicto, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) paralizara la normativa municipal con la que Ada Colau pretende frenar el avance de Uber y Cabify y que cuenta con el respaldo del sector del taxi. «Sabía que había una huelga de taxis porque vengo de Barcelona y allí está bastante caliente la cosa», explicó esta ciudadana catalana, a quien no le afectó debido a que alquiló un coche a su llegada a Ibiza.

«Entiendo que los taxis puedan tener parte de razón, defienden el alto coste que tiene para ellos pagarse una licencia», aseguró. Sin embargo, no todo el mundo pensaba igual. Por ejemplo Borja, quien manifestó su deseo de coger un Cabify en el aeropuerto de Ibiza, algo imposible pues esta empresa no opera en la isla. «Con la huelga nunca se sabe si alguien podría volcar un coche de Uber o Cabify y por eso hemos alquilado uno», explicó. Borja dijo estar a favor del «libre comercio» y no le parece mal que los VTC compitan en precios con el sector del taxi.

Otros tantos turistas tenían contratado el ferry para ir a pasar el día a Formentera, por lo que el parón del taxi «les pilló por sorpresa», según explicó a este periódico José Luis, trabajador de la agencia Fly e Vai.
Más manifestaciones

Alejandro Cardell, presidente de la Federación Insular del Taxi de Ibiza, aseguró que desde la isla no se descartan más movilizaciones «en función de lo que suceda el próximo viernes en el Consejo de Ministros». José Luis Ábalos, ministro de Fomento, propondrá en el próximo Consejo de Ministros una declaración política que recoja la hoja de ruta para fijar un marco «ordenado y estable» que «recupere el desequilibrio que se ha creado con el sector del taxi». Fomento quiere, como el ayuntamiento de Barcelona, que las competencias sobre licencias sean transferidas a las Comunidades Autónomas y a los ayuntamientos, una medida que comparte el sector del taxi. «Otro disparate más», sentenció Eduardo Martín, presidente de Unauto, patronal de las empresas de VTC. Ambos sectores en conflicto se reunieron ayer con el Ministerio de Fomento para «dialogar» y buscar puntos de encuentro.

Polémica

Ángel Jiménez, de la Asociación de Asalariados de Santa Eulària, tildó de «paripé» el paro de tres horas cuando «la Federación balear del Taxi ha pedido 700 VTC», lo que para Jiménez pone en evidencia una contradicción. «Aquí han visto venir el carro y se han subido; en Barcelona han visto venir el carro y le han puesto palos en las ruedas», señaló Jiménez. Actualmente, la isla de Ibiza cuenta con unos 800 taxis, incluyendo las licencias estacionales.