Varios empresarios afectados se acercaron ayer al Consistorio para mostrar su preocupación por la situación que están viviendo.

Alrededor de una quincena de empresarios de la zona de es Caló des Moro se reunieron hace unos días para decidir cómo actuar ante la «falta de información» por parte de las instituciones tras el suceso ocurrido el pasado lunes en el que ardieron dos embarcaciones. Cabe recordar que, desde entonces, la playa y los accesos a esta continúan cerrados.

En este sentido, Eduardo Duque, comerciante afectado, dijo que «el problema que tenemos es que llevamos una semana así y nadie se ha puesto en contacto con nosotros». Motivo que les impulsó a acercarse ayer al Ayuntamiento de Sant Antoni para mostrar su «preocupación».

Dio la casualidad de que ayer había una reunión del departamento de Medi Ambient en el Consistorio para hablar de las playas del municipio. Así, algunos de los afectados pudieron preguntar directamente al técnico de medio ambiente Diego Ponce sobre la situación actual de la playa.

«Nuestra preocupación era saber cuándo iban a limpiar las sentinas, cuándo iban a sacar los barcos... y, de momento, nos han trasladado que depende de Capitanía Marítima», matizó Duque quien añadió que «tanto Medi Ambient como Sant Antoni se escudan en que no es de su competencia».

De momento, hoy van a presentar un escrito al Ayuntamiento y otro lo remitirán a Palma con el fin de que se les informe «día a día» de las actividades que se están llevando a cabo. «Lo hacemos para que no se duerman», apuntó el empresario.

Insistencia

Capitanía Marítima informó ayer de su reunión con la empresa encargada de descontaminar y reflotar las embarcaciones. Así, el domingo se iniciaron los trabajos de vaciado de combustible en el yate ‘Harmonya’ para, una vez acabado, dar paso a su retirada. Se trata de vaciar 20 toneladas de combustible de gasoil y alrededor de 50 toneladas de sentina.

En esta línea, desde Capitanía aseguraron que se ha dado por válido el plan de reflotamiento que ha presentado la empresa contratada por el armador.

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Por su parte, los empresarios de es Caló des Moro reconocen que han estado viendo cómo se limpiaban las sentinas y «han cogido a una empresa de Galicia para hacer todos los trámites». A pesar de ello, reiteraron la importancia de conocer cuándo terminarán estos trabajos para que la retirada del yate y del velero sea una realidad.

«Hemos preguntado al Ayuntamiento si será en el mes de agosto y no nos han sabido responder porque no lo saben. Dicen que la última palabra la tiene Palma». Fue el capitán marítimo Luis Gascón quien indicó a este medio que «será en breve».

Esta situación, aseguró Duque, «ha generado un perjuicio a todos los comerciantes que estamos en la zona. Han bajado todas las cajas y estamos bastante preocupados». Y es que la mayor parte de los comercios que rodean la playa viven todo el año de la campaña turística.

Aunque por el momento descartaron hacer algún tipo de movilización frente al Consistorio, dijeron que estarán pendientes de cómo evoluciona la situación. «Vamos a dejarles unos días de margen y si vemos que los trabajos van más lentos de lo que pensamos, llamaremos a Capitanía», argumentó el empresario.

Asimismo, indicó que los comerciantes que consideren que se han visto afectados económicamente por el cierre de la playa (hace hoy nueve días) «puede que denuncien a la compañía de segures para que se les paguen los daños y perjuicios».

Duque tampoco se olvidó de recordar que la tarima de la playa también ha sufrido las consecuencias del incendio de las embarcaciones. «Me imagino que la aseguradora deberá responsabilizarse de eso porque la tarima la acababa de poner nueva el Ayuntamiento hace una semana y media».

Infracciones

Al de dos días del cierre de la playa, la Policía Local de Sant Antoni denunció a cinco jóvenes que se encontraban de «fiesta» en el interior del ‘Harmonya’. Las denuncias se interpusieron por romper el precinto policial de seguridad que rodea a las embarcaciones y por estar en posesión de un altavoz de música que sonaba a «alto» volumen; cuatro denuncias fueron a residentes españoles y una a un turista británico.

Además, tanto el yate como el velero han sido víctimas de varios grafitis.