Un vendedor de óxido nitroso entrega tres globos a unos extranjeros que están viendo la puesta de sol.

Como si fuese una fiesta de cumpleaños, la zona de Ses Variades se llena de globos de colores a la hora de la puesta de sol. Vendedores ambulantes con cajas de gafas en una mano y un globo inflado en la otra los reparten. Sin anudar y llenos de óxido nitroso. Un gas que muchos conocerán por ser el que se usa para poner el “nitro” en los coches de la saga cinematográfica Fast & Furious o del videojuego Grand Theft Auto. También se vende en pequeñas cápsulas para uso culinario en sifones de pastelería.

Pero los cientos de jóvenes que lo compran cada tarde frente al passeig de ponent no quieren darle más potencia a sus coches ni hacer nata montada. El consumo de este gas, conocido también como gas de la risa, como sustancia recreativa lleva ya varios veranos de moda en Ibiza e inunda las costas de Sant Antoni y sus calles de dispensadores y globos sin que se encuentre una solución para controlar un problema de salud pública y de suciedad.

Enorme rentabilidad

Un negocio redondo para los grupos organizados que lo venden. Los vendedores de globitos pasean por las rocas de Ses Variades y paran frente a los grupos para ofrecerlo. El precio es de 5 euros por globo, según lo ofrecen los vendedores. Si se piden más puede negociarse.

Los vendedores se van moviendo por la costa, gastando las cápsulas que llevan encima. Cuando se les acaban las ampollas metálicas, con forma de supositorio enorme, que da para unas pocas cargas, se acercan a la persona que tiene la mayor parte de la mercancía para coger más.

Las cajas de 10 cápsulas de este gas cuestan entre 5 y 8 euros, y se pueden adquirir tanto en portales de internet como en ferreterías o droguerías. Las bolsas de 100 globos apenas 1 euro. La rentabilidad de este negocio ilegal es de en torno al 3.000%, si calculamos que cada dosis con globo cuesta unos 15 céntimos.

Un usuario de Amazon con compra verificada comenta respecto a este producto: «Perfectaas van de maravilla. Pegan un subidón guapísimo Las recomiendo acompañadas de un buen tekno y buen juego de luces :) sieeempre cumple mis expectativas».

Consumo

Sammuel y sus amigos han pedido tres globos, les han costado 10 euros. Los cogen y empiezan a inhalar y expulsar el gas dentro del propio globo una y otra vez. Sonríen y charlan, pero tampoco sufren ningún ataque de risa.

«Es como cuando vas al dentista, te duermen y luego te sientes raro». Funny es la palabra que utiliza para raro, con una polisemia bastante adecuada para este producto ya que también significa divertido o gracioso. Explica que la sensación dura poco tiempo, un minuto o algo más. «Como si estuvieras ido», comenta uno de sus amigos. Dicen que no es que te entre un ataque de risa, pero que la sensación es divertida.

Preguntados por si conocen los peligros del consumo de este gas, saben que si no vas con cuidado te puedes desmayar por falta de oxígeno, pero no creen que inhalar un globo de este gas sea más perjudicial que hacerlo con un globo de helio.

Ya sabían de la venta de este producto en Ibiza, de hecho también se consume en Reino Unido, indican. Allí su venta es ilegal, dado que se llegó a considerar un problema de salud pública y se inscribió este gas en la Psychoactive Substance Act, la ley sobre sustancias psicoactivas de 2016.

Cada tarde se puede observar este proceso de venta y consumo por la zona de Ses Variades, en pequeños grupos, los globos colorean la escena sin que nadie se esconda. Ni vendedores ni clientes.

Control

Desde policía local de Sant Antoni alertan de la toxicidad de esta sustancia. Comentan que se hacen campañas regulares de control, pero que en cualquier caso no pueden hacer nada más que incautar el material e interponer denuncia por venta ambulante.

Las patrullas dedicadas a este tema se están realizando en muchos casos junto a la Guardia Civil, competente en delitos contra la salud pública.

El ayuntamiento informa de que entre mayo y junio se detuvo a una veintena de personas por este tema, si bien indican la dificultad en la que se encuentran las fuerzas y cuerpos de seguridad para detener a estas personas dado que deben sorprender al infractor ofreciendo el gas, realizando un intercambio por dinero, y en posesión de dispensadores y globos. Es por ello que existen muchas más denuncias que detenciones.

El Código Penal castiga con penas de seis meses a tres años y multas de seis a doce meses, a aquellos que suministren o comercien con sustancias nocivas para la salud o productos químicos que puedan causar estragos.

Problema de limpieza

Pero más allá de sus problemas respecto a la salud pública y de venta ambulante, la consecuencia más evidente para la ciudadanía es la cantidad de deshechos que genera.
Como si nos encontráramos en el fin de fiesta de un cumpleaños o de nochevieja, las calles del West End en Sant Antoni y la zona de Ses Variades amanecen cada día llenas de globos y cápsulas. Los vecinos publican continuamente quejas respecto a este tema en redes sociales.

Los servicios de limpieza del municipio portmanyí indican que las cápsulas de aluminio o acero «dificultan la limpieza de la vía pública» y se cuelan en los imbornales de las vías, atascándolos. Otro de los inconvenientes es que estos desechos «en muchos casos acaban en espacios privados a los que no se puede acceder», por lo que si nadie se hace cargo, noche tras noche se acumulan los residuos de este consumo lúdico.

Otros países

El óxido nitroso fue descubierto por el científico británico Joseph Priestley en 1772 y desde su descubrimiento hay escritos que hablan de su uso recreativo para generar carcajadas descontroladas en el consumidor. Su uso como droga ha ido popularizándose y desapareciendo en los siglos siguientes.

El departamento de Sanidad de Reino Unido recogió entre 2006 y 2012 un total de 17 fallecimientos relacionados con el consumo del gas de la risa. Es por ello que en ese año se incorpora esta sustancia en la normativa sobre substancias psicoactivas.

El texto considera ilegal su venta excepto para su uso médico, dado que forma parte del gas sedante que usan los dentistas para ciertas operaciones. Las autoridades sanitarias inglesas informan de que puede provocar desmayos y su uso regular puede tener como consecuencia deficiencia de absorción de vitamina B12, problemas de médula espinal y anemia. Además advierten de que su consumo combinado con alcohol u otras drogas puede multiplicar sus efectos nocivos.

En Estados Unidos los departamentos de salud de algunos estados como Nueva Jersey lo incluyen en sus hojas informativas sobre sustancias peligrosas. En España no está recogida como droga.