Participantes en la marcha por los derechos LGTBIQ portando una gran bandera arcoiris. | Marcelo Sastre

Tras una pancarta con el lema ‘Pels drets LGTBIQ en el món. Canviem el món’, salío ayer la marcha previa a la lectura del manifiesto del Ibiza Gay Pride 2018. Un desfile que partió de la cofradía de pescadores y avanzó hasta el cruce con la avenida Bartomeu Roselló, punto en el que se detuvo durante casi una hora con música, colorido y brillo. Un evento que atrajo la atención de isleños y turistas que hacían fotos a los coloridos atuendos, o la falta de ellos, que lucían los participantes que estaban en los coches y camiones que conformaban el desfile.

El desfile

En uno de los dos vehículos que encabezaba la marcha estaba Zulema con un sombrero emplumado muy colorido de Another fukin fashion. Sonreía, se hacía fotos y se movía al ritmo de la música en el vehículo de una empresa hotelera. Indicaba que estaba disfrutando de esta fiesta, reivindicativa, pero fiesta al fin y al cabo.

Con esta idea festiva coincidía Anna María. Sobre un triciclo naranja con la bandera arcoiris a la espalda, esta italiana que lleva 34 años en Ibiza decía orgullosa llevar «empujando del carro gay desde siempre». Su deseo es que el colectivo LGTBIQ «salga del armario con felicidad», de forma que se transforme este evento en una fiesta.

Justo delante de ella iba un Santana descapotable decorado con la letra de la canción Imagine de John Lenon en un lateral. En él estaban subidas, junto a otras personas, Laura Mallén y Carmina Campón, que regentan el bar Las Libertinas, y que se muestran orgullosas de ser el único grupo que defiende, de forma exclusiva, los derechos y la visibilidad de las lesbianas en la isla. Llevan 3 años en funcionamiento y participan desde el inicio en este desfile.

Una muchedumbre se congregaba en torno a los participantes en la marcha. Se acercaban a hablar, cruzaban de un vehículo a otro y sobre todo se hacían fotografías. Muchos se colocaban como si fuera una capa la bandera arcoiris que ocupaba todo el ancho de la avenida que llevaba la Asociación de Comerciantes de la calle de la Virgen. Johanes celebraba por segundo año el Gay Pride en Ibiza. El primero fue en 2015. Lucía una pajarita arcoirirs, camisa y tirantes. En su ciudad, Munich, es un evento mucho más multitudinario pero el que se celebra en Ibiza le parece especial por el ambiente.

Tres camiones cerraban la marcha. El del centro era un camión grua del que colgaban unas cintas rojas. Por turnos se subían las alumnas de la escuela municipal de disciplinas acrobáticas. La profesora dirigía las acrobacias en telas desde abajo. El espectáculo que habían preparado era parte de los eventos de fin de curso. Cuando las alumnas bajaban la profesora pedía el aplauso a la concurrencia, más centrada en captar la foto con el móvil

Manifiesto en primera persona

La marcha avanzó por el puerto y la avenida de les Andanes. En el monumento a los Corsarios de Ibiza se situaba el escenario rodeado de gente que disfrutaba del ambiente y la música. Antonio Balibrea, director del Ibiza Gay Pride, inició los discursos dando las gracias a los participantes en la marcha reivindicativa. Reclamó la normalidad con la que deben vivir las personas del colectivo LGTBI, al que el hecho de haberle puesto un nombre parece que les hiciera diferentes. Recordó que ser homosexual es delito en 72 países y en 8 de ellos se castiga con la pena de muerte.

Concluyó presentando a Ian Pérez, un chico transgénero de 17 años, cuyo testimonio fue el discurso manifiesto del Ibiza Gay Pride 2018. Su historia, el acoso que sufrió en el el instituto y sus relaciones hasta la actualidad sirvieron para reivindicar, en primera persona, la normalidad con la que quieren vivir las personas que conforman este colectivo.