Familiares de usuarios de Sa Serra denuncian que les hacen la cama y dejan la orina de la noche anterior

Familiares y usuarios de la residencia Sa Serra, cuya gestión asumió el Govern en diciembre de 2016 tras la rescisión del contrato con la anterior concesionaria por las quejas recibidas del servicio que prestaba, denuncian el «mal funcionamiento» de la residencia y que hay usuarios dependientes a los que no se les cambia las sábanas orinadas.

Concha Matas y sus hermanos acuden cada noche a dar de cenar y acostar a su madre, que padece un alzheimer muy avanzado, por lo que es totalmente dependiente. Según el escrito de denuncia, al que Concha ha dado registro de entrada en el Consell d’Eivissa y en el Govern, el pasado 26 de mayo acudió a la residencia para dar de cenar y acostar a su madre. «Cuando me disponía a poner a mi madre en la cama, al destapar la misma compruebo que huele muy mal y, al levantar el empapador desechable, encuentro que tanto la sábana bajera como el empapador estaban chorreando de orina de la noche anterior. En ese momento llamé a recepción y pedí que fuera el enfermero de turno y éste comprobó in situ el hecho, dio instrucciones de que se cambiara la cama y pasó un informe tanto al director del centro como a la coordinadora de auxiliares», se expresa en el escrito. No es la primera vez que esto sucede: «En el año y medio que la residencia está gestionada por el Govern nos hemos encontrado la cama de mi madre mojada de la orina de la noche anterior un mínimo de cinco veces y lo más grave es que la cama estaba perfectamente hecha, por lo que esto es algo que se hace deliberadamente».

Encuentro

En la última reunión de familiares que se celebró el pasado 31 de mayo, Concha relató ante el director lo que había sucedido y se sumaron otros usuarios para contar que les había pasado lo mismo: «Al terminar de exponer yo mi descontento con el funcionamiento de la residencia, intervino uno de los residentes, que tiene incapacidad física, va en silla de ruedas, pero tiene total capacidad psíquica. Él tomó la palabra y expuso que a él le había sucedido exactamente lo mismo al ir acostarse: encontrarse la cama perfectamente hecha, pero al destaparla estar mojada de su propia orina de la noche anterior y, para más inri, llamar al timbre y que éste no funcionara». En la denuncia se expresa la tristeza de «que haya auxiliares que sean capaces de dejar una cama llena de orina a unos ancianos indefensos y totalmente dependientes».

En el escrito se reclama que se pongan en marcha las cámaras que hay en las habitaciones «porque, de esta manera, los auxiliares que cometen estas aberraciones no podrían negar que las han hecho porque se sabrían vistas, es decir, no las cometerían» y aseguran que cuando se quejan del trabajo de algunos auxiliares «se nos insinúa que cuidado con lo que decimos que se nos denuncia al sindicato. Yo me pregunto, ¿qué medidas toma el sindicato con quien comete estas salvajadas?». Por todo ello, reclaman que se tomen «medidas severas» para evitar que vuelva a ocurrir.