Una treintena de personas protestan contra el chiringuito de Cala Gració. | MARCELO SASTRE

Una treintena de personas se concentraron ayer a las 18.00 horas frente al chiringuito de Cala Gració en Sant Antoni, para mostrar su disconformidad con la instalación de este quiosco y a su inminente puesta en marcha. La concentración estuvo organizada por la plataforma Prou.

«El chiringuito no es muy grande, pero cuando abra llenará toda la zona de gente y de coches, lo que será una movida considerable», explicó a Periódico de Ibiza y Formentera Carme Torres, una de las portavoces de Prou. Torres se mostró preocupada por el «peligroso precedente» que puede sentar, además del impacto brutal que genera sobre el paisaje un chiringuito sobre la costa a pocos metros del mar, aunque sea desmontable.

La plataforma cuestionó la rapidez con que el Ayuntamiento de Sant Antoni, con el visto bueno de Demarcación de Costas, tramitó los permisos y la licencia. «Cuando vecinos y ciudadanos nos indignamos resulta que lo paralizan. Deberían reflexionar antes de dar licencias y concesiones con tanta velocidad en una zona de protección», lamentó Torres.

No entienden tampoco que se haya otorgado una licencia «explícitamente contemplada para la instalación de ocupación de servicios a playas» si la más cercana es Cala Gracioneta y está a 700 metros.

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Preguntada sobre la coherencia del Ayuntamiento, entre los que hay dirigentes que censuraban este tipo de actuaciones en la oposición o antes de entrar en política, consideró que «me parece una postura incoherente, pero también la de la oposición, que siempre ha dado muchos permisos de este tipo».

Otro ‘beach club’

Desde Prou también mostraron su preocupación porque este chiringuito se convirtiera en otro beach club, o algo similar, por el impacto acústico que podría tener para los vecinos, así como por la gestión de la licencia, cuyo precio de 2.800 euros por temporada calificaron de «muy bajo, teniendo en cuenta los beneficios que podría generar».

Por estas razones, los manifestantes exigieron que «los políticos solucionen este problema y que el chiringuito se desmonte cuanto antes mejor».